Hermione Granger OS

THE GIRL IS MINE

—Hogar dulce hogar — susurré dejando salir un sonoro suspiro de cansancio, había sido un día largo en el ministerio de magia estaba exhausta, ser la nueva empleada de Departamento de Aplicación de la Ley Mágica no es para nada fácil, hay demasiado papeleo, demasiada burocracia, hay que ser demasiado meticulosa con el trabajo, ciertamente es una labor pesada mucho más si eres una recién salida del colegio, ya que por más que me esfuerce en hacerlo bien mi arduo trabajo no es reconocido, aunque no sé de qué me quejo apenas llevó tres semanas trabajando en el ministerio, pero aun asi no es sencillo y más si mis compañeros de trabajos con más experiencia me miran como poco más que una mosca en la pared, cuya atención se centra en mi cuando doy mi opinión la cual es solo recibida por una mueca de fastidio y el ruedo de ojos, es estresante por decir menos— hola Crookshanks — saludé a mi gato al escucharlo maullar y restregarse contra mis piernas— ¿Cómo ha estado tu día pequeño? — pregunté colocando las bolsas de la compra en el suelo para acariciar la cabeza de mi gato— te traje una nueva lata de tu atún preferido — murmuré parando de acariciarlo, levantando nuevamente las bolsas de alimento y caminando hacia la cocina de mi departamento, en cuanto deje las bolsas en la mesa, estiré mi cuerpo un poco para relajar los músculos de mis brazos y espalda, para después atar mi larga cabellera de rizos en una cola alta.

Mientras colocaba toda la compra en la encimera de la cocina, encendí la pequeña radio que tenía en la cocina junto a la tostadora, empezando a escuchar las noticias del día del mundo mágico, a la vez que saque algunos vegetales para preparar mi cena, no sin antes colocar el atún en el plato de Crookshanks en el suelo, mientras mi gato degustaba el delicioso atún noté una pila de correo en el suelo, de inmediato lo levanté revisando uno a uno los sobres y sus remitentes, muchos de ellos eran correo basura, otros eran cobro de alquiler, por supuesto ayer llegué tan tarde que olvide pagarle a la casera, facturas médicas, por supuesto tuve que pagar la dotación anual de pociones anticonceptivas de San Mungo, aunque yo sea la persona más virgen en el planeta, pero ¡hey! Nadie sabe cuándo podre dejar de serlo, leí una carta que provenía del Departamento de la Aplicación de la ley mágica, recordándome que tengo que asistir a clases con el Wizengamot, por supuesto tengo que asistir a los juicios para aprender cómo defender las leyes y usarlas a mi favor y a favor del cliente, continúe leyendo más correo pero todo quedó en segundo plano cuando visualicé la portada del periódico El Profeta con la edición del día, no fue el periódico en si lo que llamó mi atención sino la persona que aparecía en la portada, es ella sonreí para mis adentros observando lo guapa que se veía con su traje formal de tres piezas sin corbata, el cual estoy 120% segura que es negro, u no solo porque la fotografía está blanco y negro, sino porque ese es su color predeterminado cuando se viste de manera formal, no se podían apreciar sus hermosos rasgos sin embargo la falta de tinta de color no afectaba para nada su belleza, en la fotografía ella aparecía junto a Kingsley el ex ministro de magia quien le estrechaba la mano justo luego de que ella terminara de dar su discurso minutos después de haber ganado las elecciones, su cabello pelirrojo tenía una tonalidad grisácea y blanquecina en la foto, su rostro afilado se veía perfectamente simétrico, los hoyuelos de sus mejillas se acentuaban tan bien, aunque bufé frustrada cuando no se podía apreciar las pecas de su rostro, se veía tan hermosa como la primera vez que la conocí.

Hace seis años conocí a T/n Grace Prewett durante la celebración del mundial de quidditch en ese entonces ella era asistente directa del Jefe del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos Ludovic "Ludo" Bagman, en ese entonces ella tenía veintiséis y yo cumpliría quince pronto, juraría por Merlín que el mundo pareció paralizarse cuando mis ojos se posaron en ella, parada junto a Ludo Bagman, el señor Diggory, el señor Weasley, el señor ministro y de Percy, lo primero que me impresionó de ella era su gran altura, era la chica más alta que haya visto en mi vida, de hecho llegué a pensar que era una semi gigante sino fuese porque Ron me dijo que solo había heredado la gran altura de su padre Gideon Prewett uno de los hermano de Molly la madre de Ron, quien murió en la primera guerra mágica, al parecer T/n había sido criada por una de las tías de Molly por lo tanto no convivía mucho con los Weasley sin embargo los visitaba de vez en cuando e intercambiaban cartas y regalos durante las fechas importante. Lo segundo que noté fue lo azules que eran sus ojos, era un azul eléctrico que parecían conocer todos tus secretos, su mirada era perspicaz y a pesar de su juventud su rostro denotaba una seriedad impresionante, y eso era algo que dejaba notar cuando charlaba con los adultos durante toda la final de quidditch de hace seis años, recuerdo lo calmada que era, lo callada que siempre estaba, ni siquiera se impresionó cuando conoció a Harry, lo único que mi amigo sacó de ella fue un asentimiento de cabeza junto con un breve "gusto en conocerlo señor Potter" luego me miró a mí, y juro por lo más sagrado que sentí mi alma ser analizada a profundidad, tal vez fue cosa mía pero sus labios se curvaron brevemente hacia arriba como si quisiera sonreír pero se contuvo, a diferencia que a Harry cuando nos presentaron ella extendió su mano para saludarme, estrechó mi mano entre la de ella que era tres veces más grande que la mía.