Hermione Granger OS

¿QUÉ PASÓ AYER?

¡Biiiiiip!

¡Biiiiiiiiiip!

¡Biiiiiiiiiiiiiiiiiip!

–¡Aah! – me quejé llevando una mano a mi cabeza al sentir una fuerte punzada en esta, mi boca estaba seca y con un sabor amargo.

Cubriéndome uno de mis ojos mientras trataba de comprender donde estaba, era una habitación desconocida para mí o eso parecía ya que era difícil saberlo debido a que todo me daba vueltas, con mucho cuidado me incorporé un poco sentándome en el suelo, el cual al parecer era el lugar donde había pasado toda la noche, mientras mi vista se aclaraba y el dolor de cabeza continuaba cada vez más fuerte, sumándose un molesto zumbido en mi oído izquierdo, miré mucho mejor a mi alrededor notando a tres personas que me hacían compañía, tirados en el suelo a mi lado estaba un pelirrojo semi desnudo que conocía muy bien, estaba boca abajo en piso completamente dormido, al otro lado de la habitación había un azabache sentado en una esquina con una almohada entre sus rodillas y pecho, donde incómodamente él se apoyaba, arreglándoselas para dormir, y por último el único sensato o suertudo de los tres Rolf estaba desparramado como una estrella de mar sobre el colchón, con una camiseta con el logo de Ravenclaw gigante en ella.

–¡Ay dios! – gritó el ojiverde despertando de repente – me siento horrible – comentó tocándose la cabeza, levantándose con rapidez de su lugar, para después comenzar a correr con urgencia hacia el baño dentro de la habitación – ¡Buagh! – se escuchó desde el interior al elegido expulsando todo el contenido de su estómago.

–¿Harry? – preguntó Ron confundido, al parecer el alboroto del azabache lo habida despertado, cosa que la alarma no logró. – ¿Dónde estamos? – preguntó confundido, mientras se levantaba del suelo dejando ver su pecho lleno de pecas, el cual estaba creativamente decorado.

–¡Por Merlín Ron! ¡tú pecho! – exclamé aguantándome la risa, mientras señalaba con mi dedo índice a su cuerpo.

–¿Qué? – dijo mirando hacia abajo, sin embargo, no podía observar bien lo que tenía dibujado y escrito, así que se acercó al espejo – ¡NO PUEDE SER! – gritó viendo su reflejo, en su pecho desnudo habían dibujado un pene enorme muy detallado, con vello púbico y cierto líquido que salía de la punta y como cereza del pastel lo hicieron con alguna tinta mágica ya que el dibujo tenia movimiento. – Así de grande es el pene de los Zabini – leyó antes de girarse hacia mi conmocionado – ¿Qué diablos T/n?

–¿Por qué me preguntas a mí? Yo no te dibujé eso – comenté aguantándome la risa, sin embargo, me acerqué al espejo  con un poco de pánico tratando de mirar si tenía alguna imprudencia dibujada, cosa que para mí buena suerte no pasó.

–Siento que voy a morir– murmuró Harry saliendo del baño, con la cara y cabellos húmedos por el agua – me duele la cabeza, no debí hacerles caso y seguir bebiendo– comentó peinando su cabello hacia atrás momento en que tanto Ron como yo observamos mejor su rostro el cual también estaba decorado con ciertos dibujos coloridos. – mañana tengo trabajo en el ministerio.

–Harry– susurró el pelirrojo, sin contener la risa apuntando hacia su frente – La vagina de mi novia es muy dulce – comentó comenzando a destornillarse de la risa acción que copie observando las tres partes femeninas dibujadas en su frente y sus dos mejillas, al parecer con la misma tinta mágica que usaron con Ron.

–Comprendes que la vagina a la que se refiere es a la de tu hermana ¿verdad? – comenté dejando de reír de golpe, acción que el pelirrojo copio comenzando a mirar con odio al pelinegro quien mirándose en el espejo comenzó a sonrojarse.

–¿Recuerdan cómo llegamos aquí? – pregunté, a lo cual los tres negaron bastante rápido girando su rostro. Así que me acerqué a la cama comenzando a sacudir muy fuerte a Rolf, era evidente que esta era su habitación tomando en cuenta la cantidad de parafernalia de Hufflepuff que había en todo el lugar. – Rolf, Rolf, ¡ROLF DESPIERTA! – grité moviéndolo con brusquedad, acción que funcionó ya que se despertó de golpe, quedando sentado en la cama.