Hermione Granger OS

SHE CHOSE ME

Que día más gris, pensé para mí misma todo el panorama lucía tan triste y no es para nada solo habían pasado unos meses desde que la guerra terminó y a pesar de que habíamos ganado todo se sentía vacío, como el beso de un dementor, la felicidad del mundo parece haberse desvanecido. La copa de los arboles borrosas, el cielo gris, el viento gélido de afuera, la atmosfera pesada, la vida se había vuelto asfixiante de repente.

—¿Has escuchado algo de Draco? — aparte la vista de la ventana para enfocarme en el moreno frente a mí.

—No irán a juicio, el Wizengamot les perdono gracias a que Narcissa le mintió a Voldermort sobre que Potter seguía vivo— expresé suspirando algo cansada habían sido unos cuatro meses difíciles para todos, con la culminación de la guerra mágica, los juicios por traición, la reconstrucción de Hogwarts, la muerte de mi padre. — Blaise ¿Cómo está tu madre? ¿la van a procesar?

—No— negó aliviado el moreno — afortunadamente ella nunca participó activamente en los planes de Voldermort, fue más una espectadora, aun así, nos multaron con 50,000 galeones — sonrió divertido, cosa que yo también hice, para la fortuna de los Zabini eso era nada, como quitarle un grano de arena a la playa.

—Malditos ricos— lo molesté — ¿y tú Pansy? — la pelinegra me miró algo triste y cansada, ella había tenido que pelear contra su padre en la batalla de Hogwarts, fue horrible este sujeto le lanzó un Crucio que la hizo retorcerse de dolos, si no hubiese sido por Theodor que lo aturdió, su propio padre habría acabado con ella.

—La condenaron a diez años— contestó con una voz que intentaba sonar neutral, pero era inútil obviamente estaba afectada— tiene que cumplir cinco para que poder apelar por el arresto domiciliario, solo porque no mató a nadie del otro bando.

—Algo es algo— intenté animarla, su madre no era una santa, pero tampoco era como los demás mortifagos, desagradables sedientos de poder y sangre, si tiene sus prejuicios, pero es algo con lo que se pueda lidiar en el futuro.

—¿Cómo estás tú? — me preguntó de vuelta la pelinegra— aunque lo de tu padre ya se veía venir, debe ser difícil perderlo.

—Lo estoy sobrellevando, no lo sé es un sentimiento extraño, hace tiempo que sabía que el moriría, y me mentalicé para ello, pero cuando pasó simplemente no...

—No te sentías lista— completó la pelinegra a lo cual asentí — lo entiendo, me pasó lo mismo con mi padre, ya sabía que nos enfrentaríamos en batalla y que uno de los dos mataría al otro, pero aun así no estaba preparada para ello.

—Ay por favor, cambiemos este tema tan deprimente, suficiente tengo con que todos hoy decidieran vestirse de negros como si fuéramos a un funeral — bromeo Nott, causando la risa del grupo— son unos envidiosos.

Unos toques se escucharon en la puerta del compartimento antes de ser abierta, era un prefecto de Ravenclaw completamente uniformado con los colores de su casa.

—Blaise, T/n los demás prefectos los están esperando para iniciar la junta antes de llegar al colegio, por favor acompáñenme.

—Claro— contestó el moreno levantándose caminando hacia la puerta, conmigo detrás de él — chicos nos vemos después — ambos nos despedimos de Nott y de Pansy alzando la mano.

Caminando entre los pasillos esquivando a los estudiantes más jóvenes mi corazón comenzó a latir muy rápido, por los nervios, Hermione es prefecta, ella tiene que estar allí, ¿Cómo voy a mirarla a la cara?, hace meses que no la veo y la última vez que nos vimos, fue en la batalla de Hogwarts y antes de eso fue... en la mansión Malfoy...