16: El inicio de todo.

14 7 0
                                        

Naomi quitó el cobertor que estaba encima del auto.

—¿Van a usar el auto de mi padre? —preguntó Quentin algo asombrado.

—Niño —dijo Tony—. No nos queda otra opción que destrozar el auto de tu padre.

—¿Van a destrozar el auto de mi padre?

—Tony, cierra la boca —dijo Gina, y luego volteó a mirar a Quentin—. Sólo vamos a usarlo unos minutos y luego se lo devolvemos, ¿de acuerdo?

Addiel subió al auto. Se preguntarán cómo es que iba a manejar si jamás había tenido un auto, la verdad es que... no sabe. Es decir, sabe que sabe... pero no sabe por qué sabe. Creo que ha sido muy inteligente desde pequeño y era en lo que más se destacaba de vez en cuando. No sólo haciendo estás cosas sino en todo.

—Addiel —dijo Naomi cuando se sentó en la parte trasera—. Por amor a la humanidad, dime que sabes manejar.

—Las llaves —dijo Addiel, y Gina se las pasó—. ¿Qué haces junto a mí? Vete atrás.

—Atrás está lleno, inútil.

—La inútil eres tú que estás al lado mío.

—¿Podemos arrancar? —preguntó Tony.

—Addiel no sabes manejar —dijo Naomi—. Vamos a morir.

Quentin sólo estaba callado. La verdad es que Addiel lo quería así porque si abría la boca... tal vez lloraba o se escapaba. De las dos formas era desesperante porque él no sabía muy qué hacer.

—Cierren la boca porque me harán perder la poca paciencia que me queda en esta vida. Naomi, no sé manejar pero ustedes saben mucho menos que yo. Gina, no debiste sentarte a mi lado, eres una tonta. Tony cierra la boca. Q, quédate quieto.

—Estoy quieto —dijo el niño sin entender nada.

Addiel arrancó el auto. No estaba haciéndolo tan mal. En realidad estaba manejando bastante bien.

—De acuerdo, ¿a dónde?

—Coloqué la ubicación en el GPS del padre de Q —dijo Naomi—. Vamos a dirigirnos a la casa de Edgar. Edgar es el hermano de mi padre. Él peleó con mi padre hace mucho y ya no se hablan. Cuando mamá desapareció o lo que sea que haya pasado, Edgar fue directamente a Daniel, dijo que lo iba a matar. Yo tenía cinco años cuando oí a Edgar gritar y pegarle a Daniel, casi se aniquilan delante de mí.

—¿Por qué Edgar reaccionó así? —preguntó Tony mirando a Naomi. Él era muy atento con ella.

—Yo creo que... estaba enamorado de mi madre —respondió Naomi con una mirada triste—. Supongo que fue el amor de su vida.

—¿Qué conseguiremos con él? —preguntó Addiel.

—Información. Si dijera que está planeando mi padre, mentiría o si dijera dónde se está hospedando podía errarle.

—¿Cómo aseguras que él es de fiar, Naomi? —preguntó Gina esta vez.

—No lo sé. Sólo sé que no me traicionaría, como cuando... conoces a una persona y no le hablas jamás pero sabes que si recurres a esa persona y le confías tu corazón; ella no lo tiraría a la basura como otros.

—Qué fuerte —dijo Tony—. Eso es muy bonito.

—¿De verdad?

—Qué cursi —murmuró Addiel, y Gina rodó los ojos.

"Gira a la derecha" dijo la mujer del GPS.

—Mi derecha o tu derecha maquina tonta —dijo Addiel.

ADDIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora