𝗢𝗡𝗟𝗬 𝗔𝗡𝗚𝗘𝗟, my demon

IV. 𝙎𝙖𝙗𝙡𝙞𝙚𝙧

RELOJ DE ARENA. PUEDE SER UN SÍMBOLO DE LA FUGACIDAD DE LA VIDA HUMANA

La necedad humana llega a ser indescifrable, el como se suelen afer
rar aquello de lo que se te pide alejarte. Algunas veces lo hacen aún cuando sabes que es malo, y otras cuando sabes que vale la pena quedarte ahí.

Yisun tiene algo que la llama, que la atrae hacia él, no sólo su belleza, va más allá, es la manera en la que la hace sentir viva. Nunca se sintió tan joven como cuando corrió junto a él por las montañas, él con su sola presencia le quito el peso del mundo de sus hombros, la ha hecho querer vivir antes de envejecer. Y sabe que no encontrará eso en Asvid.

El tiempo es raro. Suele pasar con lentitud o rapidez según la percepción de cada persona. Emilie siente que pasa una eternidad hasta que puede volver a encontrarse con Yi-sun. No lo tiene permitido, pero su padre ha tenido un viaje a uno de los puertos más importantes de esa parte de Asia, ella decidió quedarse y por esa razón ahora puede encontrarse de nuevo con el hombre asiático.

—He aprendido sobre esto. Podemos enamorarnos, ningún Dios lo prohíbe.

—Lo sé, me he enamorado de ti hace tiempo, y no se siente mal.

—¿Qué te hace sentir?

—Viva.

Susurra contra el pecho de Yisun. Sonríe al sentir como él inicia a acariciar su cabello que está hecho un desastre en esos momentos.

—No creo que este mal, si me hace sentir viva debe de estar bien, ¿no?

—Si.

—No miremos hacia atrás, vivamos ahora, quiero amarte hoy. Sentir este momento, sin pensar en el ayer o el mañana.

—¿No importa el mañana?

Emilie niega ante la pregunta de Yisun.

—Mañana te seguiré amando, lo que no quiero pensar es en nadie más.

La princesa Montmorency sonríe y en en acto muestra los hoyuelos en sus mejillas.

—Te amo. He entendido que eres lo último que quiero ver antes de morir.