𝗢𝗡𝗟𝗬 𝗔𝗡𝗚𝗘𝗟...
𝐊| ¡Puedes irte al diablo! Oh, espera.. ¿Cómo funciona esto? ¿Tengo que decir que te vayas a..? Sabes, solo jo-de-te.
𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞, Keanna se muda a
Corea del sur con finalidad
de encontrar a los que
ocasionaron su tristeza...
LA ROSA ROJA: PUEDE SIGNIFICAR LA POSIBILIDAD DE TENER UN ROMANCE APASIONADO.
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Asia oriental, 1814
El segundo encuentro entre Emilie y Yi-Sun fue inesperado.
La princesa había tenido el permiso para explorar el lugar, y teniendo ese espíritu rebelde, no dudo ni un segundo en separarse de los guardias que la seguían a la lejanía, ocultandose entre las rocas y brincando por espacios que pudieron terminar en una tragedia. Así hasta llegar a un arroyo.
El noble Yi-Sun también escapó, pero él con el permiso y la excusa de estudiar. Aunque la realidad estaba muy alejada a esas palabras. El arroyo, ese lugar tan tranquilo, donde el pasar del agua siempre lograba arrullarlo hasta caer dormido.
Ambos están siendo rebeldes a su manera. Escapando de lo que las reglas de sus propias sociedades les imponen que es lo correcto, ¿Qué podría salir mal?
Es Emilie la primera que ve a Yi-Sun, lo reconoce de inmediato. Ella es capaz de reconocer donde existe belleza, y aunque no está muy consiente de los estándares asiáticos, podría decir que Yi-Sun es parte de los estándares, tal vez es un pensamiento erróneo y solo se deja llevar por lo que en su territorio llaman bello.
-¿Sigues vivo?
Las primeras palabras van dirigidas hacia el hombre, y son las necesarias para que el noble se despierte y se ponga de pie en cuestión de segundos. Él al reconocerla no puede evitar que una sonrisa se forme en su rostro.
Emilie, usando lo recién aprendido, sabe que ese territorio suele hacer una inclinación para saludar a las personas mayores, y no le es difícil deducir que Yi-Sun le es mayor, por lo que junta sus manos y se inclina; y como si fuera parte del destino, Yi-Sun hace una reverencia hacia la Princesa de tierras europeas. Al notar sus acciones son como dos crías que han hecho una travesura, ríen con complicidad.
-Princesa Emilie, ¿Qué es lo que hace por aquí? Es peligroso para una dama.
-Me he sentido asfixiada al ser protegida por mi escolta y la que me han ofrecido sus hombres, me he escapado.
-¿Tendré problemas al ser encontrado con la princesa invitada?
-¡No! ¡Vamos!
-¿Qué?
-Llevame con mi padre, le haré saber que he sido encontrada por usted. Y le pediré que usted me cuide.
