UN PEQUEÑO SECRETO (2/4)

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—Cásate conmigo.

Helena lo miró a los ojos y respondió:

—Te aseguro que, si hubieras usado condón, hoy mismo me mandabas al carajo. ¡Así son todos!

—¿No puedes aceptar que estoy loco por ti.

—No mientas, ni pretendas arreglar las cosas de ese modo, yo no me voy a casar con alguien que no me ama... Tú no me obligaste a nada, yo fui la pendeja que se dejó coger sin protección, así que vete tranquilo... ¡Pero para siempre! ¡No quiero saber más de ti!

Helena se bajó del auto y se metió a su casa cerrando la puerta. Presa de su ira y desesperación dejó de ver a Rodrigo y no respondió a sus cientos de llamadas, hasta que dos semanas después ella le marcó para decirle en tono seco y cortante

—Duerme tranquilo, no estoy embarazada.

Rodrigo supuso que le cortaría la llamada y se adelantó a responder

—¡Te amo Helena!— Al notar que ella se quedaba en silencio agregó —Cásate conmigo.

Helena esperaba que él dijera algo como "Que suerte, o que bueno" Sin embargo al escuchar que él no reaccionó a la noticia, sino que le confesó su amor, con voz suave preguntó:

—¿Lo dices en serio?

—No puedo, no quiero vivir sin ti Helena—Fue la respuesta de Rodrigo, ella hizo un silencio.

—Ven por mí.

Cuando Rodrigo llegó a casa De Helena, ella salió, le dio un beso y le dijo: —Fui una tonta Rodrigo. Te amo y quiero demostrártelo ¿Vamos?

El hombre entendió, le abrió la puerta del auto y fueron a un motel donde se desnudaron, ella le dijo que estaba menstruando y no se quitó las bragas de algodón con la toalla sanitaria. Se besaron y acariciaron con pasión, declarándose su amor, Helena acostó a Rodrigo boca arriba y comenzó a besarlo, mordisqueando sus tetillas. bajó a besos por su vientre y pubis hasta llegar a su sexo, le besó los testículos y con el pene en sus manos, con voz sensual le explicaba a Rodrigo su tonta actitud producto de su y desesperación al pensarse embarazada, al tiempo que le declaraba su amor y su deseo por él.

Lo comenzó a masturbar sujetando el pene con las dos manos, le lamió el glande, lo pasaba por sus pequeñas aureolas y pezones. Cuando lo tuvo endurecido al extremo, se lo metió a la boca pegándolo a la parte interna de su mejilla y moviendo su lengua sobre el glande recibió los cálidos chorros de semen que terminó tragando. En ese momento Rodrigo sintió celos, al pensar que lo mismo había hecho con su primo y tal vez con otros más. Sin embargo, eso no le importaba, él estaba perdidamente enamorado de ella y la quería por esposa, por eso una semana después cumplió con el ritual de hincarse frente a ella en un lugar romántico, ofreciéndole el anillo de compromiso. Helena tomó las precauciones necesarias para disfrutar del sexo sin sobresaltos y un mes después se casaron.

En la recepción de su boda, cuando Eduardo se acercó a felicitarlo le dijo

—Te lo dije, caíste en sus redes, la verdad es que te tengo envidia y no de la sana.

Los primos se rieron y cuando Eduardo felicitó a Helena en voz baja le dijo: — "Ahora resulta que le traigo ganas a mi prima" ella sonriendo respondió: — "Sobrevivirás, que de eso nadie se muere. A esta prima, no te la arrimas"— Se rieron, le dio un beso en la mejilla y después de la boda, como ya era costumbre, los primos se dejaron de ver a pesar de que Helena seguía en contacto con Alma y con Eduardo.

Habían pasado casi dos años de haberse casado y se les notaba más enamorados que el día de su boda. Un día en que Helena había regresado de visitar a Alma, sentados en la cama ella le comentó

—¿Sabías que tú prima Alma está embarazada? — Rodrigo indiferente negó con la cabeza

— ¿Y cómo lo ibas a saber? Si tú propia prima se enteró por mí que eres arquitecto

—¿Los visitas seguidos? — Por su tono, Helena entendió que él se refería a Eduardo y calmada respondió:

—Alma y yo hemos sido amigas desde niñas, Eduardo fue mi novio y seguimos siendo buenos amigos.

Rodrigo evitó ofender a su mujer con un arranque de celos y no respondió por lo que ella preguntó:

—¿Por qué no se frecuentan si son familia? Mínimo hablarse por teléfono de vez en cuando, enviarse un WhatsApp no sé.

—Será que cada vez que nos vemos suceden cosas misteriosas y extra normales— Se lanzó sobre ella recostándola sobre la cama y agregó — Como conocerte y enloquecer por ti.

Comenzaron los besos ardientes y terminaron desnudos haciendo el amor apasionadamente. Ya agotados de placer recostados en la cama, Helena lo miró y le dijo

—Ya cumplí los 26 amor.

—Y estás como Santa Elena, cada día más buena.

—¡Rodrigo! Quiero que demos el siguiente paso. Llevamos dos años de casados, ya disfrutamos como pareja y... — Se acostó sobre de él, le puso las manos sobre las mejillas, acercó su boca a la de Rodrigo y antes de besarlo le dijo: ¡Y quiero embarazarme!

A partir de entonces, además del enorme placer y una manera de demostrarse el amor que se tenían, el sexo se complementó con la búsqueda de un embarazo. Sin embargo, pasaron tres meses en que a pesar de tener sexo diariamente, el embarazo no se lograba.

Un día al llegar a casa, Rodrigo encontró a Helena acostada sobre la cama, con una sábana entre las piernas y cubriendo sus pechos, él al verla en esa sensual postura exclamó. —¡Guau! ¡Pero qué buena estás amor!... ¿Será que mi mujercita quiere acción?

—¡Sí! Pero como estoy ovulando, lo vamos a hacer como yo diga, desnúdate y te arrodillas frente a mí.

Rodrigo lo hizo y al arrodillarse ella le subió las piernas para juntarlas a su pecho y le dijo

—Cuando quieras papito... ¡Soy toda tuya!

Rodrigo la penetró y comenzó a moverse abrazando los muslos de su mujer sobre su pecho, observando la belleza de sus curvas y el movimiento de sus pechos mientras escuchaba sus dulces gemidos hasta que la vio enderezar su tronco levantando su cabeza hacia sus pechos, cerró los ojos, abrió la boca, contuvo su respiración por unos segundos y después emitió un sonido de placer al que se le sumaron las rítmicas contracciones de su sensual abdomen, al tiempo que su cabeza se movía al ritmo de las mismas. Cuando su orgasmo terminó, ella dejó caer su espalda sobre la cama. El hombre admirado y excitado ante el orgasmo de su mujer, apretó con fuerza los sensuales muslos contra su pecho para jalarla hacia él. —"No tan adentro" — exclamó Helena, pero Rodrigo no se inmutó, empujó su cadera hasta que sus testículos se juntaron a los labios vaginales y en ese momento eyaculó con fuerza.

Agotado y con su cara entre las pantorrillas de Helena disculpándose le dijo: —No me pude resistir amor, es que ¡Qué manera de venirte! Eres increíble, te juro que te adoro.

Helena le sonrió con avergonzada coquetería. Rodrigo le besó los pies, las pantorrillas y antes de perder la erección, ella le dijo: —Acercate a la cabecera y sube mis piernas apoyando mis talones sobre la pared.

Así lo hizo y se recostó junto a ella para besarla en la boca.

—¡Me fascina ver cómo te vienes, amor! — Ella avergonzada se cubrió la cara con las manos diciendo.

—Me quiero embarazar Rodrigo.

Él le besó los pechos y se quedó contemplando su vientre y sus piernas levantadas apoyadas sobre la pared, le abrazó los muslos y mientras los besaba le comentó: —¡Qué hermosa eres!

Ella le sonrió y con el gesto de felicidad de quién está enamorada, lo observó besarla en los pies, las pantorrillas, los muslos, el pubis y cuando le besó el vientre ella soltó una carcajada llena de sensual coquetería que reflejó al decir en un tono cantado.

—¡No amor! Vas a hacer que se me salga todo.

Cuando Helena salió del baño, se subió desnuda a la cama y se durmieron abrazados.

(...)

Censurado Vol. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora