Estoy a punto de ser nombrada Presidente de unos de los bancos más importantes del país, Soy Ernestina Gómez Suita, tengo 43 años y estoy casada con dos hijos, ya adolescentes. Banco que defiende los valores familiares tradicionales y buscan alguien quién lo encarne, y cómo es de esperarse doy con el perfil.
Mujer casada, madre trabajadora que saca tiempo para dedicarse a su familia. ¡Claro! Que también dicen que soy bastante atractiva, morena, con un cabello negro azabache liso, ojos verdes con un cuerpo con buenas curvas, quizás un poco bajita, pero con unos pechos bastante grandes y un trasero a juego. Llevo unos grandes y redondos lentes que me dan un aspecto intelectual.
Aún qué soy una ferviente defensora del matrimonio y sus valores, alguna que otra vez no puedo evitar caer en tentaciones. Mi marido nunca ha sospechado nada y espero que siga así. Tengo que dejar esas cosas, si se supiera sería el fin de mi carrera en el banco. La última vez fue en la fiesta de un rico empresario, ahí conocí a su hijo, que no llegaba a los 27 años, era muy apuesto, me llevó a la habitación de su hermana y allí lo hicimos varias veces, era tan buen amante... Pensé que aquello había quedado en el pasado, pero no fue así ya que un par de semanas después, me iba a traer bastantes complicaciones.
Me encontraba en mi despacho trabajando, cuando entró la secretaría:
—Perdón, Ernestina— En recepción te espera una chica que dice que tiene que verte con urgencia.
—No, ahora estoy bastante ocupada, dile que no puedo y que pida cita para otro día— le pedí a mi asistente.
—Pero se trata de Paula Robles Fuentes, la hija de Aníbal, igual quiere hacer algún negocio importante.
Por un momento me quedé bastante pensativa, ¿qué sería lo que quería esta chica? Sea lo que fuere, tenía que verla, su padre era un importante cliente, yo llevaba sus negocios con el banco, así que le dije a Claudia, mi asistente, que la hiciera pasar. Era una chica joven, quizás algo mayor que su hermano, alta, delgada, pelirroja, con el pelo liso no tan largo, su rostro era una mezcla, aunque parezca contradictorio, de inocencia y picardía a la vez, destacando sus grandes ojos verdes. Vestía un pantalón vaquero ajustado y una blusa roja que dejaba sin cubrir su ombligo. Además, lucía un collar y varias pulseras que parecían ser bastante costosas.
La recibí dándole un beso en la mejilla y la invité a sentarse frente a mí.
—¿Eres la hija de Aníbal Robles? — le pregunté.
— Exacto, así es— respondió ella con mucha seguridad.
— Bien, yo soy Ernestina y ayudó a tu padre en algunos de sus negocios, y espero que, muy pronto, ocupe la dirección del banco.
— Lo sé, yo soy Paula, encantada.
— Encantada también, Paula. ¿En qué puedo ayudarte?, ¿Hay algún problema con los asuntos de tu padre?
— No... Esta visita no tiene nada que ver con mi padre. En realidad, me gustaría hacer un pequeño negocio contigo.
— ¿Quieres invertir en algún fondo del Banco? Pareces una chica ahorradora. Has venido al lugar ideal, yo puedo aconsejarte en varios que te van a ir muy bien.
— No Ernestina, no me he explicado bien... No me interesa nada del Banco, el negocio lo vamos a hacer tú y yo.
Mi cara de sorprendida no la pude disimular al escuchar aquella respuesta, mientras ella me miraba bastante seria.
— Ok. Entiendo. Entonces soy toda oídos ¿Y qué negocio quieres hacer conmigo? Si no nos habíamos visto nunca antes— le pregunté.
Ella sonrió, se levantó, sacó su teléfono móvil del bolso y se puso a mi lado.
— Me gustaría que vieras lo que te voy a enseñar con mucha atención- me pidió con una sonrisa.
Lo conectó y lo que me enseñó me dejó paralizada y totalmente pálida. Guardo el celular y volvió a sentarse frente a mí.
— ¿Te ha gustado lo que has visto? Sales muy bien, eres muy fotogénica, Ernestina. Seguro que sí sacó este vídeo por las redes te haces muy famosa— me dijo muy seria.
Me quedé paralizada y muda, quería decirle muchas cosas, pero no me salía ninguna palabra. En el vídeo que me había enseñado se nos veía a su hermano y a mí en la cama teniendo sexo.
— ¿No me dices nada, Ernestina? — insistía ella— Igual a tu marido o a la gente de este Banco tan tradicional les gusta ver lo bien que sales y lo que haces con mi hermano.
— Eso es un montaje, yo nunca he estado con tu hermano, soy una mujer casada— le contesté yo tratando de desacreditarla.
— ¡Ay! Por favor, no seas ridícula. Sabes que eres tú y mi hermano. Estuvieron los dos en mi habitación y parece que lo pasaron muy bien. Yo me encontraba dentro, en el baño, las niñas ricas tenemos baño en nuestra habitación, y se me ocurrió grabarlos, estaban tan calientes que ni se enteraron.
Volví a quedarme pensando, parece que aquella mujercita me tenía bien presionada. Si en el Banco se enteraban de que me había acostado con su hermano, ya podía despedirme del ascenso por el que tanto había luchado. Por no hablar de mi matrimonio, pese a que alguna vez lo engañaba, yo quería a mi esposo.
— Ok. Piénsalo bien, si haces público ese vídeo también perjudicarás a tu hermano.
— ¿Crees qué le importa? Uno de sus pasatiempos favoritos es presumir de con cuantas mujeres maduras se acuesta. Igual hasta me lo agradecería y todo. Además, yo no tengo especial aprecio por mi hermano.
— ¿Y tu padre? El escándalo también salpicaría a tú familia.
— Eso me da exactamente igual, Ernestina.
Parecía muy segura de sí misma y tenía respuesta para todos mis argumentos. Si no le seguía el juego, sacaría aquel maldito vídeo.
— Ok. Escucha. ¿Cuánto quieres a cambio de no hacer público el vídeo? ¿Ese es el negocio que me propones?— le pregunté indignada.
—¡Ay! Ernestina, Ernestina. Yo no quiero dinero, mi padre me da más de lo que necesito— respondió ella con una sonrisa un tanto malévola.
— ¿Entonces qué quieres?
— De momento, tu número de teléfono— respondió Paula con seguridad— Está atenta, dentro de unos días recibirás un mensaje mío. Y como no sigas mis instrucciones, te vas a hacer muy popular en las redes sociales.
Me hubiera gustado decirle tantas cosas a esta hija de..., pero no podía arriesgar ni mi ascenso, ni mi matrimonio, así que le envié mi número de teléfono.
— ¿Ves cómo esto es fácil?— comentó ella con soberbia — Yo mando y tú obedeces.
— ¿Y qué vas a hacer ahora?— le pregunté yo resignada.
— De momento nada, Ernestina, dentro de unos días ya te enviaré un mensaje con lo que tienes que hacer.
No dije una sola palabra, pero mi cara lo expresa todo.
— No te pongas así— me comentó Paula con una sonrisa — Verás cómo acabaremos siendo buenas amigas. Ahora tengo que irme, pero pronto nos veremos.
Volvió a sacar esa sonrisa de quién tiene todas las cartas en su mano y se marchó de mi despacho, poco después entró mi asistente.
— ¿Qué quería?— preguntó con curiosidad Claudia, mi asistente.
— Pues, nada importante— le respondí— Ha venido a hacer una consulta sobre dónde invertir unos ahorros que tiene.
— Parecía contenta, lo que le hayas recomendado le ha debido convencer.
— No lo sé.
— Tú, en cambio, pareces abatida, ¿Te ha ocurrido algo?
— No. Tranquila, que no me ha pasado nada, será que estoy algo cansada, tengo bastante trabajo.
— Pues, ahora no puedes descansar, recuerda que tienes una cita importante con el consejero Rodríguez, dentro de media hora.
Tenía que calmarme, el apoyo de Rodríguez era muy importante para mí, dejar de lado, de momento, lo de Paula y esperar a que ella hiciera su movimiento.
(...)
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Censurado Vol. 3
General Fiction(+18) Serie de relatos eróticos llenos de fantasía y pasión. Todos publicados al azar. ⚠️ ADVERTENCIA⚠️ Nada de lo aquí relatado es real, 100% Ficción. El contenido aquí expuesto es para consumo (+18), lenguaje explícito. Así que si lees mis relato...