EL RETRATO ERÓTICO DE LUCY.

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Alessia me despertó comiéndome el pene. Daba lametones en el tronco y me chupaba el glande y el prepucio. Se la metía luego toda en la boca con glotonería y cabeceaba. Así durante más de diez minutos.

-Ale, me voy a venir ya no aguanto más - le avisé en voz baja.

-Anda vente- dijo ella sacándose mi pene de su boca unos segundos, y continuó. Me vine muy a gusto en su boca húmeda y cálida. Fue el segundo polvo con el que ella me obsequiaba: el primero tuvo lugar antes de dormirnos, después de besarla profusamente y acariciar su intimidad, pulsando su clítoris para tenerla a punto, me subí sobre Alessia y se la metí profundamente: Ella gemía y suspiraba por cada una de mis embestidas.

-¡Ah! Sí, sí, si- hasta que se vino dando un grito-¡Ah! - y yo me vine después.

Fuimos a un restaurant a tomar café y comer unos cachitos para desayunar. Alessia vestía un mono corto a rayas azules y blancas con escote y calzaba unas sandalias con correa y hebilla en el tobillo de las que sobresalían por la puntera unos dedos finísimos con las uñas pintadas de rojo. La piel de Alessia era muy blanca, en contraste con la mía, tan morena.

-¿Te gustó? - me preguntó,

-Sí, claro mucho- le respondí. -¿Cuánto tiempo te quedarás? - le pregunté.

-No sé, depende del trabajo- respondió.

-Te llevará tiempo pintar ese retrato- aseguré.

-No creas, cuando me llamó hace unas semanas para que se lo hiciese me planteó hacérselo en un par de días..., luego, vendrán los retoques, el acabado, calculo que en una semana lo tendré listo y volveré a mi país.

Alessia era una pintora a la que se le daban bien los retratos y había sido reclamada por una señora de la ciudad para que la inmortalizase, según me había contado ella la noche anterior en Lenni's, el bar en que nos conocimos. Alessia era un talento joven y se la rifaban, no era su afán el ganar dinero, pero si le pagaban, y le pagaban bien.

-Espero no enamorarme de ti- le dije en tono alegre.

-No seas tonto- me reprochó también alegremente.

-Bueno, me tengo que ir, me espera la señora.., tengo tu teléfono, te llamaré- Nos dimos un ligero beso en los labios y nos despedimos.

Yo no trabajaba en esos días, así que fui a la playa a relajarme, cuando me quité la ropa, Lucía me esperaba impaciente en la orilla. Lucia rozaba los cincuenta, sin embargo, tenía un físico espectacular: unos senos redondos y firmes, un trasero trabajado y sabroso.

- Chico ¿dónde te metes? - me inquirió nada más verme.

-Lucy, ando muy ocupado últimamente- sonreí.

-¡Uju! Ya, claro- me soltó, a la vez que acariciaba la tela de mi traje de baño sobre mi pene. Me puse duro, pero decidimos bañarnos juntos.

Lucia era una mujer separada que no había renunciado a disfrutar de sus orgasmos, era también una mujer caliente y activa con la que, si me lo proponía, podía tener sexo en cualquier momento; y ese momento se dio en la playa. Aprovechando la poca afluencia de gente, tumbada a mi lado de costado sobre una toalla, abrió sus muslos, sacó mi pene erecto del bañador y se la metió en su vagina apartando la telita.

-Vamos, papi, mueve las caderas- me susurró al oído. Y yo las moví. Estuvimos así durante casi media hora. Yo iba despacio para que los pasaran por allí no sospecharan, aunque Lucy era toda una mujer ardiente con sus gemidos, daba suaves grititos ahogados mientras yo la cogía, y me besaba la cara y el cuello. -¡Uff! Me voy a venir- me repetía una y otra vez.

-Sí, anda mami vente- le dije.

-Córrete dentro.... ¡Uff! Qué rico.

Después de estar en plena recuperación de nuestras fuerzas me dijo que se tenía que ir.
-Tengo una cita..., he encargado que me hagan un retrato y seguramente la pintora ya esté esperándome. En fin, llego tarde, debo hacerme la interesante- finalizó Lucía indolente mientras se componía el bañador y se levantaba de la toalla.

<¡Espera! ¿Un retrato?> pensé. -¿Quién te pinta? - pregunté.

- Una tal Alessia.., no es de aquí, se anuncia en internet y tiene cierta fama.., de hecho, algunas de mis amigas se han retratado por ella y a mí no me han disgustado los resultados..., la verdad, la chica pinta bien.

<Alessia>, pensé, <también es casualidad...".

Vi a Alessia de nuevo esa noche. Otra vez en el Lenni's a ambos nos gustaba ese bar con esa música tan rockera. Alessia rompió el hielo: -Mi clienta me ha contado lo de este mediodía en la playa.

<Sin duda alguna no lo estaba soñando> pensé. <Eres tu> estuvimos un rato divirtiendonos hasta que decidimos irnos y pasar un momento más íntimo.

Al siguiente día en la noche tenía una llamada perdida, era la de un posible trabajo. Pero no estaba interesado en trabajar, no todavía entonces escuché el timbre y abrí la puerta era Alessia nuevamente

-Perdona por no haberte llamado antes y pensarás que soy pasada pero he pensado en quedarme contigo a vivir mientras completo mi trabajo.., es que me da pereza estar buscando donde quedarme - dijo Alessia mientras entraba a mi apartamento.

- ¿Y tus maletas? - pregunté un poco asombrado.

-¡Uju! Pues no llevó, solo esto- señaló.

Me quedé pensativo un momento. Alessia, se acomodó en el sofá. Llevaba una carpeta, pensé que serían unos bocetos. -¿Me lo enseñas? - le pedí cuando andaba hacia el sofá. Ella asintió y abrió la carpeta, me senté junto a ella y me mostró sus dibujos, el retrato era tan bello...

-¿Quién es ella? - pregunté.

-¡Bah! Una señorona, se llama Lucia. Pienso que se quiere enrollar conmigo, que el retrato es una excusa..., ha debido ver mis fotos en internet y le he gustado..., bueno, mientras me pague- dijo ella sonriente.

Me acosté con Alessia y tuvimos sexo. Su cuerpo tan fino y pálido se movía con soltura cuando se subió sobre mí, se alzaba y descendía su vagina por mi ya erecto pene, mi placer aumentaba por momentos oyendo sus gemidos de satisfacción. Sus senos colgaban y recibía entre mis labios sus oscuros pezones y los lamía.

-¡Ah! Sí, bésame las tetas- me pedía. Y yo alzaba un poco más la cabeza y mordía su carne tibia. -¡Ah! aahh, aaahhh", se venía Alessia en gran orgasmo, entonces aumenté el ritmo y nos vimos juntos.

A la mañana siguiente accedí a acompañar a Alessia a la casa de Lucía. -Vaya, hombre- me saludó Lucia nada más verme junto a Alessia. -Así que tú y la pintora son amantes, qué bien, me encanta... Pasen y tomen asiento. He preparado café- Nos sentamos alrededor de una mesa redonda de madera con un mantel a cuadros rojos que había en el estudio donde Lucia estaba siendo retratada. Había un diván en la habitación y una estantería con libros, además de los utensilios de Alessia, que andaban por ahí dispersos.

-Los he citado juntos por una simple cuestión- dijo Lucía -Ojo, no soy celosa- dijo mirándonos fijamente a ambos, -Es más; yo misma me acuesto con quién quiero desde que me separé de la lacra de mi ex-marido que me tocó. Sólo quiero que sepan algo...Creo, sinceramente, que están hechos el uno para el otro. En fin. Lo que intento expresarles es que me gustaría casarlos aquí en este estudio- Alessia y yo los miramos bien confundidos.

- A ver, no soy ministra de la Iglesia, ni jueza ni nada de eso, pero, los quiero casar.

-No entendemos- dije mirando a Alessia, que tenía los ojos muy abiertos, y a Lucía alternativamente.

-Quiero- dijo Lucía, -Que se desnuden y se cojan en ese diván. Y al momento de que llegue el orgasmo me avisen para acercarme a ustedes para declararlos unidos en matrimonio.

Lo hicimos tal y como Lucia lo había propuesto, Alessia y yo entendimos que era un juego erótico y accedimos. Un chorrito de mi semen cayó sobre la exquisita boca de Lucía y de la húmeda vagina de Alessia probé el néctar de toda su lujuria. El sabor de ambos se había mezclado en una sola boca, en un solo cuerpo, testigo de nuestra unión.

FIN DEL RELATO

Censurado Vol. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora