CONFESIONES DE UNA SCORTS (1/4) 🏳️‍🌈

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LA MADAME.

—Vamos, sé que necesitas este dinero, te lo prometo es muy fácil de hacer, y ganaras muy bien, bueno me tengo que ir, si te interesa me dices, bye.

Así es como comienza mi historia...

Hola a todos, no estaba segura de contar esta parte de mi vida, pero encontré pero necesitaba desahogarme. Mi nombre es Johana Almeida, mido 1.65, soy delgada, siempre lo he sido, tengo un trasero, si no muy grande, si debo admitir que es parado y redondito, mis senos son una copa b, mi pelo es castaño y tengo los ojos color miel.

Todo empezó cuando inicié la universidad, soy hija única de una madre soltera, si bien, nunca me falto nada, también debo decir que nunca viví en la opulencia. Siempre había sido buena estudiante por lo cual siempre había querido seguir arquitectura en la universidad, por mis notas conseguí una beca en una buena universidad en mi ciudad, esta cubría la matrícula y colegiatura, pero todo lo demás, corría por mi cuenta, no los aburriré más con esta parte, solo que logré superar los primeros semestres y pero ya para empezar el segundo año, los costos se hacían cada vez más altos, la mayoría de mis compañero se movían en carro, ya sea de ellos o de sus papás, yo me movía en transporte público, tardaba más de una hora en llegar a la universidad y otra en regresar a casa cuando me iba bien, sin contar que habían días que tenía en mi bolsa apenas tenía para el pasaje de regreso, mientras mis compañeros, la gran mayoría, vivían una vida económicamente holgada, ya más de alguna vez había considerado dejar la universidad y trabajar, pero los horarios no estaban acoplados para tener un trabajo, pasaba prácticamente todo el día en el campus.

Un día, en la cafetería, estaba contando los billetes para comprar un sándwich cuando se acercó una chica, me dijo, no te preocupes, yo pago.

—Hola, no te preocupes—le dije.

—No hay problema—me dijo, —es un placer invitar a una chica linda como tú- me respondió.

—Ok está bien, Daniela, gracias.

Quién me habló se llama, Daniela, una compañera con la cual había compartido algunos cursos, no éramos amigas, solamente compañeras, me pareció un poco extraña su invitación, pero bueno, acepte. Como les comentaba anteriormente, estaba en la universidad gracias a una beca, mi mamá me daba algo de dinero, ella trabajaba como contadora en una empresa, pero a veces no era suficiente.

Ese día comimos, me contó un poco de su vida, que vivía con una amiga en dormitorio cerca de la universidad, yo le conté que vivía lejos, pero que no tenía dinero para pagar un alquiler en las viviendas universitarias cercanas al campus, ese día nos despedimos, ambas teníamos clases.

Coincidimos comúnmente en algunos cursos y en un par de ocasiones más me invito algo de comer. Un día, me preguntó por mi situación económica, antes me contó que ella también venía de una familia de clase baja, pero que tenía una oportunidad para mí.

—Gracias, pero los horarios de la universidad no me dan tiempo para trabajar—le respondí, ya que me parecía rara su propuesta.

—No te preocupes por eso, es en horarios fuera de clases, fines de semana y creo que tu serías perfecta.

—¡Mmm! No lo sé, parece muy bueno para ser verdad... —le respondí.

—Vamos, sé que necesitas este dinero, te lo prometo es muy fácil de hacer, y ganarás muy bien... Bueno, me tengo que ir, si te interesa me dices, bye.

Pasé ese día intrigada, si necesitaba el dinero, pero me parecía una propuesta sospechosa, al siguiente día llegué a la cafetería, buscaba a Daniela con la mirada, no la encontré, ya me iba, cuando la vi llegar.

Censurado Vol. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora