Hace más de un año que estoy sola y es que Lorena se fue por viaje de estudio a México para hacer una maestría en comercio exterior.
Su partida me dejó una profunda tristeza, en nuestra despedida juramos que si cuando ella regresará estamos disponibles volveríamos y sí bien me escribe, me habla, nos vemos en la web. ... estoy sin ella y esa es la realidad.
Alejandro, el imbécil es mejor no nombrarlo, después que tuve un pequeño acoston ni él me registra.
Las horas en el trabajo son interminables, algunas visitas sociales, papeleos, informes... y en mi casa es mucha tele, música, y algunas caminatas por la mañana temprana, como para hacer algo de ejercicio, para que los chocolates y los gustos gastronómicos callejeros no me transformen en una cosa rara. El lunes en la noche no he podido dormir nada, desperté temprano y vi mi reloj de mesa que marcaba las 6:30 AM y decidí levantarme después de remolonear por más de media hora. Hice mi rutina y terminé colocándome mi ropa para deporte, me hice una cola de caballo, me puse mi reloj y busqué mis audios y celular para salir rumbo al parque y corre un poco.
Caminé cuatro cuadras y estando ahí, sin más remedio comencé a trotar pesadamente mientras la música se entremezcla con mi respiración, la que minuto a minuto era cada vez más agitada.
Me cruzó con la gente de siempre, solo de vernos nos saludamos con un gesto. El hombre de contextura gruesa, como de unos sesenta años que camina con su señora, el malhumorado -risa- que siempre pasaba apurado, eso sí, con un estilo muy jovial, las chicas del club de Jhonny, una gordita que camina incansablemente y; la joven rubia de unos 27 o 28 años con un cuerpo escultural que capta toda mi atención y pensamientos desde hace ya algún tiempo. Su cabello largo y dorado ajustado con una coleta, se mece por el aire acompañando del outfit deportivo y el trajín de su caminar. Es alta; 1,67 o más, su dorada piel resplandece con los rayos del sol, sus ojos son marrones y de intensa mirada. Su boca era de unos labios carnosos que provocaba probarlos, pintados de un labial rosa intenso que desfilaban brillitos como chispas de un fuego recién encendido, sus seños (hechos con cirugía estética) no de gran volumen, se mesian al compás de sus pasos, subiendo y bajando en un erótico vaivén que me perdía e hipnotizaban, un trasero bellísimo, parado y firme, se notaba que sus horas en el gym no pasaban en vano. Era tan hermosa, tan delicada, tan producida que me recordaba a mi Lorena.
Nos cruzamos, no me habló, no me saludó, no me miró, y no me registró.
No me aguanté y me detengo; simule, ajustando las trenzas de mis deportivos y me doy vuelta para verla <Me excita. ¡Me excita mucho!> No puedo dejar de mirarla y para mi sorpresa, la veo trastabillar, perdió el equilibrio se tropezó, apoyando mal su otro pie y lentamente comienza a caer. Es tan alta que la vi caer en cámara lenta, como un edificio dinamitado. Toda su elegancia se fue mientras desparrama su humanidad contra el pavimento y como un maniquí de rígido material, rebota sobre el piso húmedo de rocío, mientras emite un sordo quejido.
<¡Dios Mío! Qué golpe se dio> pensé.
Salgo corriendo a socorrerla, me detuve junto a ella y la ayudé a incorporarse, sus rodillas estaban lastimadas, de donde brota un hilo de sangre. Su ropa estaba sucia con restos de barro.
A decir la verdad, me costó un poco no reírme, pero me comporte. La alce sujetándola por su brazo.
-¡Ay! Gracias, estoy bien- me dijo con rostro desencajado.
-¿Estás bien? - pregunté - es que la caída se vio fuerte.
-¡Me duele hasta el cabello! - Agrega, mientras en su rostro también se dibuja una nerviosa sonrisa. - ¡Mira cómo he quedado! Estoy un desastre, me sangra la pierna- dice mientras su cara refleja el dolor.
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Censurado Vol. 3
General Fiction(+18) Serie de relatos eróticos llenos de fantasía y pasión. Todos publicados al azar. ⚠️ ADVERTENCIA⚠️ Nada de lo aquí relatado es real, 100% Ficción. El contenido aquí expuesto es para consumo (+18), lenguaje explícito. Así que si lees mis relato...