KIANA: PASIÓN INEFABLE. (2/3)

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Así fue como ella y yo empezamos a quedar todos los días en un viejo gimnasio, estaba fuera de la ciudad, era perfecto para su adiestramiento. No necesitaba aprender a pelear, ella para sobrevivir en la calle había creado su propia forma de luchar, una forma de luchar perfecta para ella, que aprovechaba al máximo sus puntos fuertes. Lo que le enseñaría era a no descuidar su guardia y a adelantarse a su rival. Quería que puliera sus movimientos, por eso junto con un maestro de las artes marciales le enseñamos "El Muay Thai", que permite un abanico más amplio de técnicas, haciendo uso de todo el cuerpo para golpear, y también Kickboxing que se enfoca más en los golpes de larga distancia con manos y pies.

Por muy bueno que seas, al atacar, tu cuerpo da ciertas pistas, si sabes interpretarlas puedes adelantarte y contraatacar. Kiana tenía que aprender a fijarse en los músculos de su rival, estos le dirían el momento exacto en el que pretendía atacar y cuál sería la dirección del golpe. Como me imaginé era una alumna muy capaz, en pocos meses era capaz de adivinar el momento exacto en el que iba a lanzar mi ataque, ahora solo faltaba acelerar sus reacciones para que pudiera anticiparse.

Después de una lucha de entrenamiento, sentadas en el cuadrilátero, bebiendo agua, Kiana me miró y me dijo.

—No me dijiste por qué quieres que sea tu guardaespaldas, las dos sabemos que no lo necesitas.

—¡Bueno! Lo del guardaespaldas es una excusa, de esa manera podré estar cerca de ti.

Escuchar esa respuesta hizo que Kiana sonriera, después me fui acercando a ella poco a poco, el calor que desprendía su cuerpo tenía mi intimidad a punto de erupciones. Kiana se dejó hacer. Empecé a besarle el cuello, ella gemía cada vez más fuerte, después bajé mi lengua hasta llegar a sus pechos, me deshice del top deportivo, tenía unos pezones rosados, puntiagudos y duros. Solo con el roce de mi lengua todo su cuerpo se estremeció, Entonces noté como su mano empezaba a jugar con mi vagina sobre el pantalón de licra. Viendo que no decía nada, Kiana aprovecho para meter su mano dentro.

Uno de sus dedos me estimulaba el clítoris, mientras el otro se introducía dentro de mi húmeda vagina. Por unos instantes tuve que separarme de ese pezón que tanto placer me estaba dando chupar, para poder tomar una bocanada de aire. Había estado con dos que tres mujeres, pero ninguna le llegaba a esta increíble mujer. El cuerpo tonificado y trabajo de Kiana me volvía loca, sus tatuajes eran arte en su piel y juntos, cuerpo y tatuajes hacían una mezcla perfectamente bella y excitante para mí. Así que no pude aguantar más y grité mi orgasmo, por primera vez en mi vida había hecho un squirt. Kiana mirándome con una cara de sexy extrema, empezó a pasarse la lengua por su mano, verla disfrutar de su manjar, me puso más cachonda todavía.

Kiana levantando un poquito su trasero, sé bajo su pantalón deportivo y su tanga, se puso de rodillas y abriendo un poco las piernas empezó a menear ese precioso culito que tenía. Me fijé en su brillante intimidad, en cuanto la punta de mi lengua tocó su rajita, Kiana arqueó la espalda suspirando de puro placer. Empecé a jugar con su clítoris, era grande y estaba muy hinchado, su vagina estaba húmeda y escuchar los gemidos de aquella mujer eran música celestial para mí.

Con ella probé algo que siempre le había sacado el cuerpo, pero esta vez quería probarlo, pasé la punta de mi lengua por su rosado ano, al no esperárselo un escalofrío, recorrió el cuerpo de Kiana que me pedía más con la respiración entrecortada. Al final no pudo aguantar más y terminó en un devastador orgasmo que gritó a pleno pulmón. Ahora me tocaba a mí, me bajé mi pantalón deportivo y mi tanga y señalé mi intimidad, y ella no se hizo de rogar.

En cuanto su lengua hizo contacto con mi clítoris, me llevó al mismísimo Valhalla, lamía, chupaba y por último succionaba. Me costaba hasta respirar porque todo mi cuerpo daba señales de placer, mi mente me decía que parara, pero mi cuerpo decía que quería más, no sé cuando llegué al orgasmo porque me desmayé antes de llegar a él.

Censurado Vol. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora