Los guardaespaldas se llevaron a Daniel, nosotras decidimos ir a la casa que usaba cuando estudiaba la carrera, allí le desinfecte las heridas, sabía que esto traería problemas, Kiana me había protegido, cualquier padre estaría agradecido, pero el mío pediría su cabeza para compensar el agravio hecho a Daniel.
— No puedo entender que tu padre quiere que te cases con ese tipo— dijo Kiana molesta.
—Es que él me ve como una mercancía, Kiana tienes que desaparecer, yo intentaré mitigar un poco el daño.
—¿¡Cómo!?
— Casándome con él, prefiero renunciar a ti y que sigas con vida, que no tener que presenciar tu muerte— lágrimas amargas recorrían mi rostro.
— No, no. Nada de eso, no dejaré que te cases con ese infraser.
—Kiana darán con nosotros, te puede pasar algo— esperaba tener el tiempo suficiente para convencer a Kiana, pero no fue así.
Escuchamos como varios carros rodeaban la casa y acto seguido unos hombres armados tiraron la puerta abajo. Nos echaron a las dos al suelo, después de atarnos las manos a la espalda nos sacaron de la casa, afuera nos esperaban, mi padre, el padre de Daniel y Daniel tenía la cara vendada, no nos reímos porque no procedía, pero tenía gracia verle gesticular y barrer las palabras.
—Alondra, no puedo pasar esto por alto, esta mujer tiene que pagar con su vida el haber desfigurado a Daniel.
— Papá, Kiana me defendió cuando él pretendía hacerme lo mismo a mi — dije indignada.
— Eso no es lo que él dice— dijo mi padre.
— Claro, ¡y le crees a él antes que a tu hija!
Mi padre dio por terminada la discusión, Kiana sería ejecutada, quemada viva delante de todos los socios de mi padre, yo me paré delante de mi padre y le dije.
— Más te vale que me quemes a mí junto a ella, porque si no te vas a arrepentir.
—¡Vamos hija! Ya verás cómo Daniel conseguirá aplacar esos humos cuándo te dome como yo hice con tu madre.
Al pasar al lado de Daniel me quedé mirándole, él inconscientemente dio dos pasos para atrás... Si Kiana moría, ese enano repelente iba a sufrir como jamás se hubiera imaginado. Mi padre tenía un lugar dónde ejecutaba a sus enemigos, era un edificio con varias plantas y en el fondo una arena, como las que utilizaban los coliseos romanos, en la planta de abajo, mi padre hizo construir unas celdas y era allí donde tenían a Kina, me acerqué a hablar con ella.
— Mi amor saldremos de esta, ¿confías en mí?
— Sabes que sí, pero...
— Tengo un plan, es muy arriesgado, hay muchas posibilidades de que salga mal, pero es mejor a que te ejecuten— le exprese.
— ¿Cuántas posibilidades?
— Muchas
—¿Alondra?
— Pero sabes que soy una genia ¿verdad?, llevó años planeando cómo destruir este sitio que, ha sido testigo de las mayores atrocidades de mi padre, pero para eso tengo que confiar en alguien en el que no confió en absoluto.
— ¿En quién?, sí se puede saber.
— Ya te contaré después de hablar con él.
Mi tiempo de estar con Kiana se había agotado, pase por ese edificio que mi padre construyó a imagen y semejanza a un coliseo romano a una escala más pequeña, mi padre era un enamorado de aquella cultura, sobre todo en la crueldad que demostraban a la hora de ejecutar a los enemigos. Como ya he dicho nunca me gustó este sitio, para destruirlo me puse en contacto con un hombre al que mi padre, obligó a mirar como ejecutaba lo que más quería a su mujer y a su hija.
ESTÁS LEYENDO
Censurado Vol. 3
General Fiction(+18) Serie de relatos eróticos llenos de fantasía y pasión. Todos publicados al azar. ⚠️ ADVERTENCIA⚠️ Nada de lo aquí relatado es real, 100% Ficción. El contenido aquí expuesto es para consumo (+18), lenguaje explícito. Así que si lees mis relato...