JUEGOS DE SEDUCCÓN (3/3)

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Paola sigue sobando y separando mis nalgas; acerca su boca con la que sujeta el instrumento y apuntando a mi ano, empieza a presionar con firmeza. Ella me propone un juego que yo estoy dispuesta a jugar. ¿Cuál es mi límite?, ¿Cuál es su límite?

Relaje mi vagina y el instrumento por la presión empieza a dilatar mi agujerito más y más abriéndose paso hacia mi interior. No parecía tan grueso, pero siento como mi trasero debe hacer un esfuerzo dilatándose mucho para que el juguete de Paola se habrá camino. Ahora siento como está entrando la media esfera. —¡Wow que grueso!— dije en voz alta.

Cuando la punta superó la tensión de mi esfínter el aparato de golpe se deslizó dentro de mí. Instintivamente mi ano se apretó como intentando interrumpir la penetración, sin poder aguantar. <¡Parece no detenerse!> Mi culo se ciñe al aparato pero no deja de penetrarme, me retuerzo. Es una rara sensación, una mezcla de vértigo, desesperación y placer extremo. Al fin se detiene, ya lo tengo clavado íntegramente en mi colita y alcanzo a ver como la arandela metálica está pegada a mi ano.

— ¡Cómo se comió tu culito mi juguete!—exclamó Paola.

—¿Te gusta lo que ves?—le preguntó mientras muevo mi culo en círculos para que Paola deleite sus ojos.

—Eres hermosa Danna. Tienes el trasero más bello que vi en mi vida— me halagó.

—Adoro que te sometas a mis juegos sin temores— añadió.

—Me siento bien contigo. Me atraes de sobremanera, me calientas desde la primera vez que te vi.—le respondí.

Sin más se incorporó, tomó con su mano la arandela de tope del juguete que está clavado hasta el fondo de mi culo y comenzó a moverlo generándome un frenesí de sensaciones que no podía describir, solo me retuerzo con cada penetración que la siento cada vez más intensa y profunda. Mi culo se llena y se vacía; se aprieta y se dilata a ese infernal aparato que me lleva camino al clímax en incontrolables sensaciones jamás sentidas por mí.

De momento me dan ganas que lo sacará de mi interior y al instante que salió le gritó a Paola para que me lo vuelva a insertar, y me envuelvo entre las tinieblas de la desesperación y el deseo disfrutando y padeciendo todo al mismo tiempo del sexo anal más descontrolado que había vivido hasta ahora.

—Muy bien mamita— decía Paola mientras manipulaba el aparato en mi trasero.

— Mira como me gusta lo que me haces en el culo— le digo mientras lo meneo y contorneo todo lo que puedo.

Por un instante Paola se detiene y me dice: —Te tengo otra sorpresa.

—Por favor, dime qué más tienes para mi. ¡Me estás volviendo loca!— le respondi en tanto sigo inconscientemente meneando mi trasero con él juegue clavado dentro.

Se quita su la ropa interior que cubría su intimidad y escondido de su entrepierna aparece colgando una grande, hermoso pene listo para ser usado.

Me muestra su paquete: erecto, grande, venoso, blanco, casi pálido y me dijo: —¡Sorpresa!

—¡Oh! Dios. Es grande tu detalle— le respondí asombrada y como muchas ganas de probarlo. —Por favor clávalo en mi agujerito que está libre y llévame al orgasmo— e grité con desesperación.

—A Tus Órdenes— dijo sonriendo Paola.

De un salto se para tras de mí y sin quitarme el juguete que llevo clavado en mi culo, acomoda su glande sobre mi vagina húmedas de líquidos y comienza a incrustarme su generoso miembro.

La sensación fue indescriptible, mi trasero que parece querer expulsar el juguete se debate con mi vagina que quiere dejarse penetrar hasta el fondo por el jugoso miembro de Paola. Y en mi interior ambos aparatos pugnan por un lugar, ella se movía con frenesí, de vez en cuando tomó el juguete y lo saco para meterlo en mi culo mientras que con una mano sujeta y manoseaba mis senos. Solo atinó a gritar y gritar y jadear, casi como un animal, hasta que no puede contenerme más y en una compulsión orgásmica, mi trasero escupió el juguete y mi vagina se contrajo contra el tronco de Paola dándome un conmovedor orgasmo que me dejó temblando.

Censurado Vol. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora