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MAIA

LA SAUNA ERA UN REMANSO DE CALOR INTENSO QUE ENVOLVÍA SU CUERPO EN UNA ATMÓSFERA CASI SOFOCANTE

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LA SAUNA ERA UN REMANSO DE CALOR INTENSO QUE ENVOLVÍA SU CUERPO EN UNA ATMÓSFERA CASI SOFOCANTE. 

Cada inhalación estaba impregnada de vapor caliente, llenando sus pulmones y haciéndola sentir como si estuviera respirando fuego. Sin embargo, a pesar del calor abrasador, también experimentaba una sensación de relajación profunda, como si cada músculo se estuviera deshaciendo en un suave abrazo de calor.

Tal vez fuera porque, desde que habían llegado, la boca de Juani no había abandonado la suya en ningún segundo.

La presencia cercana de Juani añadía una capa adicional de calor a la experiencia. Podía sentir el calor de donde él colocaba sus manos, mezclándose con su propio ardor interior en un baile sensual y reconfortante. El roce de su piel contra la de él parecía intensificar aún más la sensación de calor, creando una conexión íntima que trascendía el entorno físico de la sauna.

—Nos va a dar algo acá encerrados...—gimió Juani apretando su cuerpo contra el de Maia, provocando que ella sintiera como el miembro de él se encajaba entre sus piernas con la ropa interior de por medio.

Ella no tenía respuesta alguna.

—Si queres irte, allá tenes la puerta... Pero yo me lo estoy pasando muy bien.

—Ay, Dios...

Él hundió la boca en su pecho, besando y lamiendo el canalillo con su lengua prodigiosa. Maia echó la cabeza hacia atrás para darle mejor acceso y cuando notó la espalda apoyada contra la pared de la sauna, tembló y gimió al mismo tiempo.

—Dios...

Juani rozó la tela del bikini de la parte de arriba y la miró a los ojos.

—¿Puedo...?

Maia dio un respingo.

«Te va a ver las estrías...»

«Apenas se ven. Son blancas y acá hay tan poca luz que ni las verá.»

«¿Estás segura de que no lo hará?»

La joven Otaño tragó saliva.

—S-sí. Claro que podes.

«Por favor, que no las vea. Que no las vea. Que no las vea. Que no las vea...»

Maia se preparó mentalmente para lo que venía: Se preparó para ver la cara de desagrado de Juani al ver la proporción gigantesca y fea de su pecho, las estrías, el tacto rugoso e irregular... Se preparó para ver su cara de decepción e incomodidad al no saber cómo decirle a ella que no quería seguir porque le daba asco.... Se preparó para que él se avergonzara de haberla deseado alguna vez...

𝐌𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐄𝐓──𝙅𝙪𝙖𝙣 𝘾𝙖𝙧𝙪𝙨𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora