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TRAS CASI 24 HORAS EN AQUEL AVIÓN, Juani saltó fuera de él cuando por fin aterrizaron y soportaron toda la cola de salida para destensar sus piernas agarrotadas y empezó a gritar como loco al recibir el aire cálido de Qatar con una sonrisa.
—¡LLEGAMOS BOLUDOOOOOS! ¡EL EQUIPO FUTBOLERO Y MAIA ESTAMOS ACAAAAA!
—Maia también es futbolera, Juanete—respondió Pipe riendo.
—Ah. Perdona. No sabía.
—¿Qué pensas? ¿Que por ser una mujer no sé de fútbol?
—¡No! ¡No!
—Eso sonó re machista de tu parte, Juani—se burló Ramusio con una carcajada.
Simón y Fernando le dieron la razón y el segundo de ellos ayudó a Maia a bajar sus cosas de la cinta transportadora. Alquilaron dos taxis y estos los condujeron hasta su hotel.
El hotel donde se alojaban era un lugar acogedor y elegante, situado en el corazón de la ciudad. Con una fachada imponente y una arquitectura clásica, el edificio irradiaba un aire de sofisticación y encanto desde el momento en que se acercaban a él, con toques pérsicos de la cultura del país.
Al entrar en el vestíbulo, fueron recibidos por una decoración exquisita y una atmósfera cálida y acogedora. El mobiliario era de estilo moderno y elegante, con cómodos sofás y sillones dispuestos alrededor de una chimenea de mármol, creando el lugar perfecto para relajarse y socializar.
Las habitaciones del hotel eran espaciosas y luminosas, con grandes ventanales que ofrecían vistas impresionantes de la ciudad. Como el presupuesto era reducido, Ramusio, Simón y Fernando dormirían en una habitación y Pipe, Maia y él justamente en la de enfrente, cada uno en su propia cama. La decoración era moderna y minimalista, con tonos neutros y detalles cuidadosamente seleccionados que añadían un toque de paz y confort, y unas vistas a la piscina exterior y el recinto de niños pequeños del hotel.
Gracias a unos folletos que encontraron en su habitación, Juani descubrió que el hotel ofrecía una amplia gama de servicios y comodidades para sus huéspedes. Desde un spa de primer nivel donde podían disfrutar de tratamientos de relajación, masajes y bienestar, hasta un gimnasio completamente equipado para aquellos que querían mantenerse en forma durante su estancia. Para los momentos de ocio, el hotel contaba con un restaurante gourmet que ofrecía una deliciosa selección de platos locales e internacionales, así como un bar elegante donde podían disfrutar de cócteles artesanales y vinos de alta calidad.
—¡Boludo! ¿Viste los precios de este sitio? ¡Me van a sacar toda la plata que tengo desde que hice la comunión!
—Pues imagina pagar todo eso por dos durante un mes y medio—gruñó Pipe mientras Maia deshacía su maleta metiendo su ropa en su parte de los armarios.
