JUANI
JUANI ESTABA LLEVANDO BASTANTE MAL LO DE NO PODER COMER CIERTAS COMIDAS AL PRINCIPIO DE SU DIETA DE COMIDA PARA LA PELÍCULA. Intentaba buscar el lado positivo diciéndose que por lo menos podía comer tres o cuatro veces al día todavía (dado que llegaría un punto en el que solo comerían una vez), pero se le estaba haciendo muy duro y era un sentimiento que no le gustaba demasiado. La sensación de tener el estómago vacío le era insufrible.
—A ver... ¿Qué tenemos de comerrrrrrr?—Juni grababa a Felipe mientras un hombre del personal de cocina le plantaba un plato de ensalada pequeñito delante de las narices—. ¡WOUUUUUU! ¡QUE SORPRESÓNNNN!
—Juani metete el móvil por el culo.
—Uy cuñado. Que boca la tuya.
—¿Cuántas escenas quedan hoy?
—Dos—le dijo una muchacha del personal que llevaba portafolios y vestía con ropa elegante.
Juni ni siquiera sabía quien era, pero parecía importante.
—¡BIEN! ¿A qué hora salimos?
—A las cinco.
—¡Mierda!—chilló Juani pulsando la aplicación de un Uber y reservando uno para las cinco y diez minutos—. ¡No me va a dar tiempo!
Tenía el tiempo justo para cambiarse de ropa, arreglarse un poco el pelo (que se lo habían alisado con una keratina hacia dos días) y salir del set de rodaje a una calle principal a esperar el Uber para que le llevara a la facultad de Maia.
—¿Para qué?—le preguntó Fran comiéndose con disgusto una hoja de lechuga de su plato.
—Maia presenta hoy su trabajo de fin de máster. Lleva toda la semana como una fiera y está muy enfadona, lo que significa que está re nerviosa y no sabe como gestionarlo.
—A lo mejor verte allá la pone peor—observó Pipe—. De pequeña se ponía a llorar cuando la íbamos a ver a sus obras de teatro, aunque ella ni siquiera saliera más de dos segundos. Decía que la poníamos nerviosa.
—No creo.
Juani estaba seguro de que a Maia le vendría bien ver una cara conocida mientras exponía delante de un jurado de viejales molestos e insensibles (teniendo en cuenta lo mucho que Maia odiaba hablar sabiendo que había mucha gente prestándole atención), pero como es tan terca y tan orgullosa jamás se lo pediría.
Con una velocidad pasmosa, Juani se levantó de su asiento después de comer y se arregló la ropa frente al espejo que usaba para grabar sus escenas y emprendió el camino hacia el set de rodaje. Pero por el camino se encontró a Bayona, que llevaba detrás de él a un hombre alto, de pelo negro y alargado y con gafas de montura gris a sus espaldas.
—Juan, espera. Te presento a Alfonso Martínez. Será el nutricionista que siga tu pérdida de peso para que lo hagas de forma saludable y sin poner en peligro tu salud.
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𝐌𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐄𝐓──𝙅𝙪𝙖𝙣 𝘾𝙖𝙧𝙪𝙨𝙤
Fanfiction|𝐌𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐄𝐓| «𝐌𝐞 𝐝𝐢𝐣𝐨: ¿𝐃𝐞𝐛𝐞𝐫í𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐭𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐞𝐝𝐢𝐟𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐨 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫𝐥𝐨 𝐢𝐧𝐦𝐞𝐝𝐢𝐚𝐭𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞, 𝐜𝐚𝐫𝐢ñ𝐨, 𝐬𝐢 𝐭𝐮 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐭á 𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬. 𝐁𝐞𝐛é, 𝐬𝐢 𝐭𝐮...