Capítulo 4: Temprano

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Pase una noche terrible ya que casi no pude dormir por estar pendiente de que el demonio que dormía en mi armario no intentara asesinarme y para mi sorpresa Belce no abrió el armario e toda la noche.

Fui a tocar la puerta del armario para advertirme que me iba a bañar y no intentara hacer nada.

—¿Qué pasa? En el infierno aún son las tres de la mañana —quise reír, pero me aguanté.

Belce abrió la puerta y lo vi con el dorso completamente desnudo y pude ver su abdomen tonificado, estaba segura que lo podía usar como lavadero no sé por cuanto tiempo me le quede mirando, pero me obligue hablar.

—¡Vístete! No puedes estar en mi casa desnudo —me cruce de brazos.

—No seas dramática ángel, no estoy desnudo —me hizo a un lado para salir del armario y me hizo gracia-

—¿Eres gay? —pregunte, tal vez no iba a entender a qué venia el comentario.

—¿Qué? —cuestionó con el ceño fruncido.

—Es que estas saliendo de mi closet y así se le dice a los hombres que confiesan que son gay's —explique y no pude contener su cara de horror.

—No, no tengo nada contra las personas LGTBIQ+ pero me encantan las mujeres, los amo, son la mejor creación —se pasó una mano por el cabello rubio— No quiero dormir más en tu armario —dijo serio.

—Ponte algo —lo señale— voy a ducharme para ir a la universidad, así que no intentes nada —le advertí.

—Vamos, que no estoy desnudo, a parte como si nunca hubieras visto algo así —señalo su abdomen, en realidad nunca lo había hecho más que en fotos, pero no le iba a decir eso.

Me metí para darme una ducha rápida ya que había perdido minutos importantes hablando con mi amigo el demonio, maldije al recordar que no metí la ropa para vestirme en el baño; ahora tenía que salir en toalla bajo la vista de él.

Me puse mi toalla y salí, Belce estaba en la cocina comiendo dulces y cuando noto mi presencia se me quedo viendo.

—Es todo lo que necesitaba ver para estar seguro que prefiero a los ángeles —dijo mirándome de arriba abajo.

—¡Cállate y date la vuelta! —le dije señalándolo.

—Agh, que aburrido ángel —se quejó mientras se volteaba.

—Si sigues comiendo dulces se te van a llenar de caries los dientes —cerré la puerta del armario con seguro para ponerme lo primero que veía y no perder un segundo más.

Al salir Belce me miraba con el ceño fruncido.

—¿Qué?

—¿Qué son las caries? —cuestión con mucha duda plantada en su cara demoniaca.

—Es cuando una la bacteria que causan caries le causan daño los dientes por no cepillarse correctamente, en especial si comes muchos dulces —le explique— ¿Por qué n sabes que son las caries?

—Porque a nuestra especie no nos afecta eso —me sonrío y tenía los dientes exageradamente blancos, si estuviéramos en una caricatura le hubiera salido brillos.

—Que presumido —rodee los ojos.

Camine hacia la puerta del departamento y belce me siguió.

—¿Qué haces? —pregunte con el ceño fruncido.

—No es obvio, yendo contigo.

—No, no iras —me negué.

—Claro que si, al menos que quieras llegar tarde,

Un ángel en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora