Capitulo 8: Cumpliendo deseos

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Hoy no había clases, pues era sábado

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Hoy no había clases, pues era sábado.

Cuando me levante de la cama vi que Belcebú no estaba y me asuste, corrí al baño y al armario y no estaba por ningún lado.

Sentí un escalofrió recorrer mi espalda, Belcebú ya estaba grande, pero era peligroso que estuviera pro ahí, porque la última vez que vino a nuestro mundo perdió su corona.

<<No seas paranoica Gala, es un demonio>> me recordó mi conciencia.

Pero es un demonio que le teme a los ratones, ya no sé qué esperar.

Se abrió la puerta de pronto y pegue un brinco del susto. Belcebú estaba ahí parado con al menos unos diez paquetes de las galletas que le había dado ayer.

—¿Dónde te habías metido?—lo regañe.

—Tranquila ángel, fui a comprar galletas—alzo las bolsas con una gran sonrisa.

—¿Estás loco?—me acerque a él, enojada—¿Qué tal si hubieras perdido otra cosa?

—No perdí nada—dio una vueltecita— estoy completo.

—Eres un tonto—fui a la cocina para prepárame el desayuno.

Hoy iba hacer un peor día que ayer, todo el día con Belcebú.

—Para que no te preocupes...—saco su teléfono—te daré mi número.

—No estoy preocupada—dije con desdén.

—Pues yo creo que si—sonrió con orgullo.

—Ya cállate y mejor dame tu número—puse los ojos en blanco.

—Bien, es: +666—quede tiesa, ¿como que empezaba así?—4560124345609—siguió dictando.

—Son más de diez números—me queje.

—¿Qué esperas, ángel? Es el inframundo.

—Sí, sí, en inframundo—puse los ojos en blanco.

—Y bien,¿Cuál es el plan de hoy? –cuestiono mientras comía otra galleta.

—Ninguno—puse el plato en la mesa para comenzar a desayunar.

—Como que ninguno—suspiro pesadamente—que aburrida eres, ángel.

—Tu puedes salir si quieres—me encogí de hombros.

—¿Yo solo? No.—se sentó del otro lado de la mesa—Ahora somos uno solo ¿Lo recuerdas?

—Cómo olvidarlo—le mostré mi mano— estoy marcada como vaca.

—Las vacas no tienen manos—a este punto sabía que no estaba bromeando con lo que Belcebú decía.

—Al parecer, tu tampoco eres muy listo —me burle.

—¿Qué es eso?—interrogo viendo mi plato.

—Un desayuno—lo mire—tostada, huevos y aguacate.

Un ángel en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora