—Oh, lo siento —Belcebú se disculpó mientras miraba sus pies; Se veía demasiado extraño que un demonio sintiera vergüenza.
—¿No lees que este es el baño de mujeres? —le dije fulminándolo con la mirada.
—Deja de mirarme así, ángel —dijo con el ceño fruncido— Si tuvieras el poder de matar con la mirada ya estuviera muerto
—Eres inmortal —dije con pesadez.
—Si fueras un demonio podrías matarme con armas especiales —centro su atención en mi mejor amiga— Una disculpa, Soy Belcebú, pero me puedes llamar Belce o termíname de criar —le guiño un ojo.
—¡Deja de coquetear! Y para tu información tenemos 19, la misma edad que tú.
—Te equivocas ángel, tengo 250 años —me sonrió.
—¿Qué? —Maya y yo hablamos al unísono.
—Solo es una broma, bueno en parte, en el inframundo si tengo esa edad, pero si vengo al mundo de los mortales cambia a 21 años. —explico.
—Si así lucen los demonios no me quejaría de ir al infierno —Maya hablo mientras se comía a Belcebú con la mirada.
—Cuando quieras puedo darte un tour —le guiño un ojo.
—¡Dejen de coquetear! —los regañe por segunda vez— y menos frente a mí. Y tu Maya no te das cuenta en el problema que estoy metida.
—No te pongas celosa ángel, yo solo te quiero a ti —me miro sonriéndome seductoramente.
—Cállate Belce, yo no te quiero
—Aún no lo haces, pero pronto me amaras, tenlo por seguro ángel —sentencio sonriéndome.
—Pues Belce puede hacer el trato conmigo, yo si estoy dispuesta —Sugirió Maya.
Esta mujer que tengo como amiga no le importaba que fuera un demonio, ella iba acabando con todo a su paso, está loca.
Estaba a punto de decir que no haría ningún trato cuando Belcebú hablo.
—No puedes ángel número dos —Comenzó a explicar— Gala fue la que me invoco por lo tanto ella es la que debe hacer el trato.
Era la primera vez en dos días que escuchaba decir mi nombre y se sentía extraño, ya me estaba acostumbrado a que me llamara ángel.
—¿Y qué pasa si no quiero hacer el trato? —pregunté captando la atención de Belce.
—Te mueres. —dijo con naturaleza.
—Es broma, cierto ¿Cierto? —me acerque a Belce para estremecerlo de los hombros.
—No, es verdad, si no hacemos el trato en setenta y ocho horas te mueres y puede que yo también.
—¿De qué hablas, como que tú también? —Belcebú se acercó a mi oído.
—Prefiero hablarlo sin la presencia del ángel número dos.
—Bien, cuando salgamos de aquí me aclaras todas las dudas.
—Dalo por hecho ángel —sonrió,
Salimos del baño de mujeres los tres, hubo estudiantes que nos miraron como si fuéramos locos y podría decir con certeza que estaban pensando que salíamos de hacer un trio.
Al sentarme en la clase del profesor Hugo toco el timbre justo a tiempo y por la puerta se pudo ver la calva que venía ingresando.
—Buenos días jóvenes —caminó hasta su escritorio y e miro —Parece que tenemos nueva alumna.
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Un ángel en apuros
RomanceGala es una chica que tiene muy mala suerte; Esa mala suerte la persigue las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana. Ella intenta invocar a su ángel guardián pero termina invocado algo muy diferente. ¿Podrá Gala sobrevivir al apues...