Belcebú
Había pasado una semana desde que Gala me dio la sorpresa de mi fiesta de cumpleaños, sin duda un momento que recordaría para siempre.
Al igual que ella me había dado ese regalo, yo también quería darle algo especial, algo que atesorara para siempre.
Di vueltas en la sala pensando en cómo decirle que nos fuéramos a tomar fotos, ya tenía, pero no eran las suficientes para completar mi regalo. Lo que mejor se me ocurrió fue salir a distintos lugares y tomarnos fotos.
—Estoy lista, demonio loco. —la observe, lucia un hermoso vestido con detalles en azul que la hacía lucir muy bonita.
Nunca entendería como le quedaba tan bien todo, diría que la envidio, pero a mi me queda mucho mejor las cosas. Ya sabes, nunca hay que dejar el ego de lado.
—Te ves hermosa, ángel. —sonreí al ver como sus mejillas se tornaban de un color carmesí, bajó su cabeza intentando ocultarlo.
—Tú no luces mal. —se encogió de hombros.
—No eres muy buena dando cumplidos. —torcí mis labios.
—¿Qué puedo decir? Así es mi naturaleza.
Le regalé una de mis mejores sonrisas, de esas que a ella le encantaban. La iba extrañar demasiado, mi ángel, ¿cómo podría estar sin ella?
Aclare mi garganta antes de que la nostalgia me consumiera.
—Es mejor que nos vayamos, tenemos que aprovechar el día al máximo. —me levante y la tome de la mano para guiarla hacia fuera donde se encontraba mi auto.
—Belcebú. Ya dime a donde me vas a llevar. —suplico ya dentro del auto. Gala tenía algo que me hacia caer a sus pies, totalmente rendido.
—Sabes como manipularme con esa cara de inocente. —entrecerré mis ojos.
—¿Yo? —se hizo la desentendida— así es mi cara.
Le extendí mi teléfono donde tenía toda la información sobre el lugar, me aparqué en la primera parada.
Bajamos del auto, Gala no había dicho ni una sola palabra, me estaba comenzando a preocupar cuando chillo emocionada, al parecer no había procesado la información.
—No puede ser. —se balanceo sobre mí, dándome un beso en los labios, dejándome completamente fuera de lugar.
—Eso no me lo esperaba. —articulé luego de salir de mi transé.
Me volvió a dar potro beso, pero esta vez finalizo dejando mini besos en diferentes lugares de mi cara.
—Gracias, gracias, gracias. No sabes lo feliz que me haces. —agito sus manos en el aire— creo que voy a llorar.
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Un ángel en apuros
RomanceGala es una chica que tiene muy mala suerte; Esa mala suerte la persigue las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana. Ella intenta invocar a su ángel guardián pero termina invocado algo muy diferente. ¿Podrá Gala sobrevivir al apues...