Capítulo 25: ¿Dónde está Gala?

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Belcebú

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Belcebú

Seguía luchando por entrar donde habían metido a Gala, mi Gala.

—Lo has tenido todo, no dejare que te salgas con la tuya una vez más. —la rabia en el tono de Lionel solo hacia qué deseara molestarlo más.

—Ya te lo he dicho, puedes hacer conmigo lo que quieras, déjala en paz. —estaba seguro que tenía miedo—Si algo le pasa a Gala, juro que te torturare y me suplicaras. —sentencie.

—No te tengo miedo, intento de rey. —escupió.

Los guardias de Lionel habían salido corriendo como gallinas, estaba solo y podía hacer lo que quisiera con él, no solo si le pasaba algo a Gala lo castigaría.

Reí con ironía por sus palabras.

—¿Intento de rey dices? —sujete su cuello— A pesar de ser tu el primer hijo de mi padre, decidió colocarme la corona a mí. Ahora dime ¿por qué me eligió a mí?

Mi tono era de burla y eso lo hizo enfurecer más.

—Sólo lo hizo para vengarse, no es porque seas mejor que yo. —trato de zafarse de mi agarre, pero lo impedí.

—¿Vengarse? No me hagas reír Lionel, no sirves ni para ser un rey, porque solo piensas en ti, eres una deshonra para mi padre y para todo el reino. —grite, la rabia me estaba consumiendo.

—Cállate Belcebú. —suplico, sus ojos cristalizados intentando no llorar frente a mí.

—¿Por qué debería hacerlo? No aceptas la realidad, vives en un mundo de fantasía, estas sediento por poder, por querer ser alguien, pero no eres más que basura. —escupí y me dirigí a al cuarto donde estaba Gala.

A pesar de ser mi hermano, nunca he tenido afecto hacia él, siempre me hizo la vida imposible por ser el heredero al trono, siempre fue problemático y una persona egoísta, trate de acercarme a él, sin rencores, pero su odio crecía cada vez más.

Me preparé para derribar la puerta de metal, lo logré luego de un par de intentos. Busque en cada rincón de la habitación, pero estaba vacía, un miedo se plantó en mi pecho.

Jamás me perdonaría si le llegara a pasar algo.

Levante a Lionel del piso con rabia en mis ojos.

¿¡QUÉ LE HICISTE A GALA!? —mi grito resonó por todo el lugar.

—No he hecho nada. —su voz apenas se escuchó. —pregúntale a Alba

Sabia que estaba devastado por mis palabras, pero no me importaba en lo absoluto.

—¿Dónde está? —encogió sus hombros y busque por toda la mansión.

La encontré en el tercer piso, relajada.

—¿Dónde está Gala? —cuestione, con la paciencia acabándose.

—¿Dónde está Lionel? ¿qué le hiciste maldito loco? —se levantó.

Un ángel en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora