I Hate You || TAYNICK || TAYLOR ZAKHAR & NICK GALITZINE ||

10

NICHOLAS

- ¿Vas a salir Taylor?

Levanté la vista de mi plato en cuanto escuché salir esas palabras por la boca de mi madre.

Taylor apareció vestido y arreglado; camisa blanca con los dos primeros botones quitados y mostrando parte de su pecho. Vaqueros ajustados y deportivas y sus rizos bien peinados.

No habíamos hablado absolutamente nada desde hacía una semana.
Una semana desde que decidí meterme en su cama; Taylor no dijo nada al día siguiente y yo por orgullo tampoco abrí mi boca.
Pero ahora aparecía como si nada; bien vestido y no sabía donde demonios iba ni con quien y eso aunque no quisiera reconocerlo, me molestaba un poco.

- Sí Cat - le contestó con una sonrisa - esta noche no ceno en casa.

Vamos, que iba a cenar fuera.

- ¿Una cita? - volvió a preguntar mi madre.

Se escucharon silbidos al fondo y no podían ser nada más y nada menos que nuestras hermanas.

- Va guapísimo - habló María; la hermana de Taylor - obvio tiene que tener una cita.

- Concuerdo con María - habló mi hermana - con ese porte seguro que tiene una cita.

Taylor lo único que hacia era sonreír y en ningún momento aclarar si tenía o no una cita.

- Únicamente voy a salir - contestó Taylor.

Claro. Y seguramente a comerle a alguien la boca como me la comia a mi hace a penas una semana.

- Nos vemos luego.

Taylor se despidió de todos; sin mirarme a mi en ningún momento y cuando lo creí conveniente salí del comedor y fui tras él.

- ¿Con que una cita no? - apoyé la mitad de mi cuerpo en la pared mientras me cruzada de brazos.

- ¿Perdón? - se giró para mirarme.

- Tienes una cita.

- ¿Te interesa?

- Por supuesto que no.

- Bueno - se giró y me dió la espalda - entonces me voy.

- ¿No me vas a responder?

- ¿Y tú, me vas a responder si te interesa o no?

¿Por qué siempre le daba la vuelta a la conversación?

Quité mi cuerpo de la pared y me puse frente a él.

- Puedes tener las citas que quieras.

- Pero te molesta ¿no? - se cruzó de brazos haciendo que la camisa se ajustara en sus brazos. Obviamente mi vista viajó hasta sus brazos.

- ¿Que me va a molestar a mi? - reí - que nos hayamos dado unos cuantos besos no quiere decir que...

- Estás celoso.