I Hate You || TAYNICK || TAYLOR ZAKHAR & NICK GALITZINE ||

1

NICHOLAS

AÑOS ANTES

Estaba asomado en la ventana de mi habitación viendo como había un camión gigantesco frente a la casa que había justamente al lado de la mia. Personas entraban y salían de aquella casa metiendo enormes cajas y muchos muebles.

Esa casa llevaba años vacía y por lo que parecía, pronto se mudaría alguien a ella.

Yo llevaba en esta casa desde que nací, casi diez años que eran los que cumpliria el próximo mes.
Mis padres habían decido venir a este vecindario ya que sus trabajos y la escuela se encontraban relativamente cerca.

Hasta que un día sin más, para ser exactos; hace cinco años, decidieron terminar su matrimonio y desde ese entonces todo cambió. Mi padre nos abandonó y nos dejó solos en esta enorme casa, con mi madre a cargo de un crió de cinco años y una niña de diez.

Y desde ese día, todos habíamos cambiado un poco más. Yo me volví más reservado, un poco más rebelde. El que pagaba los platos rotos con mamá aunque ella no mereciera mis desplantes. Pero me dolió que papá se fuera y nos abandonara, y eso jamás lo olvidaría.

Los días pasaron y las personas que iban a mudarse a la casa de al lado ya habían llegado.

Una familia compuesta por tres personas. Un hombre de la edad de mi madre, un chico que tendría más o menos mi edad y otra chica.
De los tres y según observaba desde la ventana de mi habitación, el que menos salía de esa casa era el chico. A veces se sentaba en el patio con unos muñecos en las manos y ni siquiera jugaba con ellos, únicamente se limitaba a mirarlos, a pasar allí las horas y volver de nuevo al interior de la casa.
Hasta que un día decidí bajar, intentar hablar con él ya que siempre estaba solo y quizá ser amigos, pero ese día me ignoró. El día siguiente también lo hizo y al otro también.

Yo simplemente quería sacarle tema de conversación, que no se sintiera tan solo pero ese niño lo único que hacia era ignorarme.

Ninguna mirada y ningún gesto cuando estuviese cerca.

¿Quiza era ciego y sordo y por eso no se daba cuenta de que estaba ahí?

Había pasado una semana en la que intenté de mil maneras que ese chico me notara. Hice mil cosas para llamar su atención. Pero sería igual que siempre. Callado y sin mirarme a la cara. Así que como lo idiota que era me asomé a la ventana de mi habitación sabiendo que él estaba en la suya y para llamar su atención comencé a estrellar huevos en su ventana.

Un huevo y no salía.

Otro huevo y seguía sin salir. Y a estas alturas una de dos, o me descubrían y me castigarian de por vida o ese chico saldría y me liaria una bastante buena, y todo por llamar su atención. Y es que había llamado mi atención que fuera un niño tan solitario, el que no hablaba con absolutamente nadie y yo como era bastante curioso y testarudo iba a hacer lo imposible por llamar su atención.

Tiré el tercer huevo, éste esta vez no dió a la ventana, si no que dió directo a la cara de aquel niño.

- ¿Que...? - lo escuché decir.

Primero miró toda su ventana manchada y luego se llevó las manos al rostro. Pequeñas gotas de huevo caían desde su cabello hasta su rostro. Yo juro que intenté reirme, juro que no quería; pero lo hice y eso lo cabreó bastante.