I Hate You || TAYNICK || TAYLOR ZAKHAR & NICK GALITZINE ||

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NICK

Estar en la casa de la playa siempre fue re comfortable, pero esta vez era una de las peores veces.

Me sentía como una puta mierda. El primer día no había salido a penas de la casa, únicamente para comer algo y ni siquiera eso hacia. No me entraba la comida y me la pasaba todo el día llorando pensando en Taylor y en como estaría.

El segundo día salí un poco más. Aunque era Bea la que se encargaba de mostrarle todo a Dylan. Se supone que esta escapada era para alejarme de todo y sanar, para estar con mi hermano y conocerlo mejor y estaba haciendo todo lo contrario.

No estaba sanando y mucho menos estaba pasando tiempo con Dylan.

A las dos semanas todo parecía calmarse un poco más. El dolor era menos intenso, aunque seguía teniendo en mi cabeza la veinticuatro horas a Taylor. Y nunca faltaban las ganas de coger mi teléfono y escribirle un mensaje para saber si seguía bien o más bien preguntarle si me había olvidado, porque ese era mi miedo; que Taylor se olvidara de mi.

Pero por otro lado sabía el amor tan inmenso y bonito que teníamos y la promesa de volver cuando las cosas se calmaran un poco. Pero llevaba una semana y aún quedaba mucho camino por recorrer.

- Nick - subi la vista y me encontré con Dylan a los pies del sofá.

Se supone que estaba dormido ¿qué hacia a estas horas aquí?

- Dime pequeño.

- ¿Puedo...? - lo miré mejor y estaba llorando - ¿puedo tumbarme contigo?

No dije nada, simplemente lo cogí en brazos, me tumbé de nuevo en el sofá y tumbé a Dylan encima de mi cuerpo; con su pequeña cabeza en mi pecho y sus manos aferradas a mi camiseta.

Estaba temblando y muerto de miedo y esta no era la primera vez que le sucedía algo así. Pero si la primera en la que me buscaba a mí.

- ¿Otra pesadilla?

- Si - contestó entre sollozos.

- ¿Con papá?

- No deja de gritar...

Dylan era tan frágil y tan pequeño que lo único que me nacía era cuidarlo y espantarle todos los miedos. Y únicamente habían pasado dos semanas desde que nos conocimos, pero se estaba ganando mi cariño y el se Bea.

Era nuestro hermano pequeño y queríamos protegerlo de todo y de todos.

- Él ya no está en nuestras vidas Dylan.

- En mis sueños sí.

- Eso son, solo sueños. Él no volverá a hacernos daño y mucho menos a lastimarnos.

- ¿Y si vuelve?

- Ahora tienes una nueva familia. ¿Te gusta estar con nosotros?

Dylan miró hacia arriba y me miró con sus ojos llenos de lágrimas. Yo simplemente acaricié su cabello intentando que se calmara y se quedara dormido.

- Sois muy buenos Nick. Me gusta esta familia. Tu mamá es buena y Bea me consiente mucho.

- ¿Y yo?