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TAYLOR

Cuando esta mañana había despertado y bajado a la cocina, con lo último que me pensaba encontrar era con el mismísimo Nick haciendo el desayuno.

El olor a café inundaba toda la cocina y el olor a tortitas recién hechas también.
Me apoyé en el marco de la puerta y me quedé un buen rato mirándolo desde esta distancia como preparaba todo al ritmo de la música que salía desde el altavoz de su teléfono.

Bailaba y movía sus caderas al ritmo de la canción mientras le echaba un vistazo a la sartén donde tenía las tortitas para luego seguir cortando alguna que otra fruta en la tabla. Verlo de esta manera era un completo espectáculo y si se diera cuenta de que estaba detrás de él, mirando todo lo que hacía, ya me había tirado una sartén a la cabeza.

Caminé lento hasta llegar a él; junté mi pecho con su espalda y puse mi boca en su oído.

- Hola chef - susurré en su oído.

- ¡Ostia puta Taylor! - lo asusté haciendo que tirara una tortita al suelo - ¿eres tonto?

- Buen día para ti también.

- ¿No puedes venir y saludar como alguien normal? - se agachó a recoger la tortita del suelo - mira - me la mostró - ahora hay una menos.

- Cuanto lo siento - contesté de forma dramática.

- Una tortita menos para ti, por gilipollas - me mostró el dedo del medio.

Era como un crio pequeño y a mí esa faceta de él me volvía loco.

- Seguro que no están tan buenas - le dije para provocarlo a lo que Nick me respondió alzando una de sus cejas.

- Escucha listillo de los cojones - me sonrió mostrando todos sus dientes - nunca, pero nunca en tu vida, vas a probar algo tan delicioso como esto.

Bueno, técnicamente ya te he probado a ti.

- Eso tendré que comprobarlo - le robé una fresa de la tabla y la metí de una sola vez en la boca.

Nick desvió su mirada hasta mi boca y la volvió a subir hasta mis ojos.

- ¿No hay nadie? - pregunté dando un paso más cerca de él mientras no dejaba de mirar su boca.

- Mi madre y Rob salieron a comprar algo que faltaba.

- Entonces... - me robé otra fresa metiendo la mitad en mi boca para provocar a Nick - estamos solos.

- Solos; sí.

- ¿Quieres de esta fresa? - saqué la mitad de mi boca - veo que no dejas de mirarla - terminé por masticar mi trozo.

- Hay muchas fresas, pero prefiero de esta.

Desde que lo había visto cocinar y bailar en lo único que pensaba era en besarlo de nuevo.

Y Nick era bueno cojiendo indirectas y descarado, muy descarado. Así que terminó por acortar toda la distancia entre los dos, pasó una de sus manos por detrás de mi cuello y se acercó a mi boca robando la mitad de la fresa que había decidido meter en mi boca.
Y sin previo aviso fue Nick el que se tiró literalmente a mi boca, besandome de una manera tan sensual que sentía que me iba a desmayar.

I Hate You || TAYNICK || TAYLOR ZAKHAR & NICK GALITZINE ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora