I Hate You || TAYNICK || TAYLOR ZAKHAR & NICK GALITZINE ||

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NICK

Estar haciendo este tipo de cosas se me hacían extremadamente difíciles. Yo nunca había sido una persona detallista y mucho menos romántica, pero Taylor se lo merecía, claro que lo merecía.

Tenía una cita planeada en uno de mis lugares favoritos en el mundo. Una colina en donde iba bastante cuando las cosas no iban bien en casa y simplemente me tumbaba en el capó del coche a admirar las estrellas hasta que amanecía. Y quería mostrarle a Taylor ese lugar y recompensarle por la primera cita que fue perfecta.

Así que cogí una mochila, guardé todo lo necesario y como era costumbre en mi, entré por la ventana de la habitación de Taylor.

- ¿Deberia llamarte mi príncipe en vez de bonito?

Taylor sonrió en cuanto me vio saltar la ventana.

- Puedes llamarme como quieras guapo - me acerqué hasta él y deje un beso en sus labios. Llevaba desde al medio día sin besarlo y ya lo echaba de menos - ¿estás listo?

- ¿La verdad? No...no sé donde me llevas.

- A ver las estrellas, ya te lo dije.

- ¿No llevas muchas cosas en esa mochila?

- Vamos a pasar la noche fuera de casa.

Le guiñé un ojo y Taylor me sonrió en respuesta.

- Tendré que fiarme de ti entonces.

- No te queda de otra - me encogí de hombros - por cierto, me tienes que prestar tu coche.

Pero que cara dura era. Y lo admitía claro.

- ¿Qué? Por supuesto que no.

- El mio sigue en el taller.

- No voy a dejar que lleves mi coche.

- Esta vez prometo no estamparlo en alguna casa.

- No, Nick - dijo serio - mi coche es sagrado.

Dejé la mochila en el suelo y me acerqué a pasos lentos hasta estar nuestros cuerpos juntos.

- Voy a cuidar el coche como si fuera mío - llevo mis manos detrás de su cuello y me acercó a su boca.

- No me vas a convencer con esto Nick.

- Venga guapo - murmuro contra su boca - si no hay coche no podemos ir a la cita.

- Eres como un niño caprichoso.

- ¿Por favor...? - dejo pequeños besos en sus labios - será una noche inolvidable lo juro - sigo dejando besos en sus labios que lo único que hacen son que Taylor tiemble en mis brazos

En menos de cinco minutos estábamos montado en el coche; yo conduciendo y Taylor de copiloto temiendo por la vida de su coche.

- Eres el mejor ¿lo sabías?

- Arranca anda...no se como siempre consigues salirte con la tuya.