Capítulo IX

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          Mire sus ojos, estaban prácticamente azul cobalto. Es decir, su lobo había tomado el control completamente, era él quien me miraba. Intenté soltarme pero fue prácticamente imposible. Mi dedo se había curado ante sus ojos. Con una mano cogió una toalla y limpio la frente donde supuestamente estaba la herida que me había echo Sean hace un par de días. El maquillaje era perfecto, los inútiles de los que me rodeaba nunca se habían dado cuenta, pero él era muy listo. Demasiado.

         — Dana, querida, puedes retirarte, ¿Por favor?

       Ni un segundo había pasado y estábamos solos en la lavandería. Mi corazón iba muy rápido, demasiado, el dolor de cabeza había frenado. Èl, siempre ha sido èl. Lo ha sabido siempre. Las palabras de mi abuela resonaban en mi mente, “ vives en un sitio en el que se han acostumbrado a como eres, sus ojos vieron, por lo que su corazón no escucha”. ”Si alguna vez, algún extraño visita la manada, mantente muy lejos, nunca te acerques a nadie” “Tienes que tener cuidado sólo con una cosa, tú sangre desvela quien eres, si un lobo es muy poderoso te descubrirá, Claiton y su séquito son estúpidos y el Druida más, pero nunca dejes que nadie huela tu sangre, nadie que no puedas controlar con las mentiras” ” Claiton no es un verdadero Alfa y el zoquete de su hijo tampoco está destinado a serlo, ellos no sabrán nunca que pueden conseguir de tí, pero escúchame bien hija, un verdadero Alfa si se lo propone podrá conseguir de tí lo que quiera”

        Un sólo error, un sólo momento de curiosidad. Noté que mi cuerpo flaqueaba y me faltaba el aire. No sabía si quería llorar o gritar, fuera lo que fuese lucharía hasta mi muerte.

         — Contrólate o todo tu poder saldrá y no podremos volver a la fiesta.

         — ¿Qué quieres de mí?

     — Lo primero que sigamos disfrutando de la fiesta, me estoy divirtiendo mucho, después decidiré que quiero hacer contigo.

        — ¿Me delataras?

     — Esa panda de idiotas te han tenido, ¿que? cuatro años ante ellos y no han descubierto nada, no se merecen saberlo. Además ”lobita” te quiero sólo para mí.

         — ¿Me usarás como Claiton uso a mi abuela?.

        — Entonces, es cierto, ¿Lo hizo?.

       — Pensé que eras más listo — escupí sin pensar, no estaba en una posición para poder hablar así.

         — Solo quería que tú me lo confirmarás, de la misma manera que no te creí a tí.

         Me agarró de la mano y me condujo de nuevo al salón de la cena, puso cara de pocos amigos cuando intenté soltarme.

         — Lobita ya eres mía, no pienses que voy a liberarte, ahora tendré que convencer al imbécil de Claiton para llevarte conmigo.

          — No dejará que me valla, olvídate.

         — En esta vida todo es negociar. Además el verdadero Alfa de esta manada te cederá.

         — ¿ Sean ? Él sólo hará lo que diga su padre.

        — Ese infeliz y la perra de su mate, nunca llegarán a ser Alfa y Luna, ni por las buenas ni por las malas.

         Llegamos al salón, y todos se fijaron en la mano del Alfa agarrando la mia. La cara de May reflejaba la situación. Y con la mano libre le hice el gesto inconfundible de que hoy era el momento, lo que habíamos planeado tanto por si las cosas se ponían difíciles. Ella agarró a Braien y le obligó a verlo. Ellos sabían que significaba ese gesto, sabían que era una despedida.

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