Capítulo XXVII

104 7 2
                                    

Todos permanecimos en silencio, era obvio que ni Braien ni yo teníamos que decir nada. El giro de los acontecimientos no era algo que nosotros tuviéramos que explicar. En mi cabeza intentaba acomodar toda la información que había llegado a mí. 

El despacho de Braien olía a dudas, rabia, miedo… Muchas emociones se estaban acumulando y ninguno hablaba. Para mí tantas emociones eran el caldo de cultivo de alterar mis sentidos y con ellos mis poderes.  Braien empezaba a ponerse nervioso, tamborileaba sus dedos sobre la mesa esperando una respuesta, la cual parecía no llegar por lo que fue el el que rompió el silencio.

— Creo que me debéis una explicación. Firme el acuerdo, porque juraste …

— Se lo que jure, Alfa Braien, pero esto es superior a todos nosotros, el acuerdo de mi padre, no tenía intención de cumplirlo. ¡ Por el amor de la diosa, lo maté! Crees por un momento que quiero cumplir sus designios.

— Entonces explicate, porque no le encuentro sentido. ¿Me has utilizado para tener una Druna a tu cargo? No puedes tener…

Sentía como que todos ocultaban algo, todos sabían a qué se referían menos yo, una emoción empezó a emanar de mi, la rabia, yo era un peón para todos. Todos me habían utilizado unos para fines más loables y otros para algún fin que aún no conseguía descifrar.

— Creo que no es el momento, si ella está aquí es por otro motivo…

— ¿Te acuestas con ella? — volví a preguntar, con la voz cargada de rabia, interrumpiendo su diálogo de secretos.

— Ada, no es el momento, hablaremos de eso más tarde.

— ¡No! ¡Se acabó seguir tus órdenes! ¡Se acabó estar a ciegas! ¡CONTESTA!. — La rabia bullía en mi interior — No me hagas revisar todas las imágenes que he sacado de su cabeza, habla.

— ¿Que has hecho qué?

— ¡No has hecho bien tus deberes, no has investigado bien a mis antepasadas. Sólo con tocarte puedo sacar todos tus recuerdos incluso manipularlos. Ahora contesta si no quieres que haga lo mismo contigo que con la…!

— Ada, para, perderás de nuevo el control.

¡CONTESTA LA PUTA PREGUNTA ALFA GALEP DE LA COLINA! ¡¿TE ACUESTAS CON ESA ZORRA O NO?!

— ¿Iria? — Braien me miró desconcertado.

— Ada, toma el control de nuevo, no quiero tener que hacer nada de lo que podamos arrepentirnos. No es el mejor momento para que tú Loba y yo nos conozcamos.

¡NO!¡SE ACABARON TUS ÓRDENES! ¡LAS ÓRDENES LAS DOY YO! ¡CONTESTA LA PREGUNTA! .

— No hay nada que contestar, las dos sabéis la verdad, Pero aunque así fuera, ¿por qué te enfadas?

Volví a tomar el control, confundida, desorientada, tiene razón, por qué me enfado, el y yo no somos nada. Iria ha perdido los nervios, estamos agotadas, demasiadas cosas que asimilar en tan poco tiempo.

— Debo retirarme, estoy cansada, necesito volver a tomar el control de todo.  Está situación está siendo demasiado para mí. Las pesadillas, me están afectando demasiado, si me disculpan me retiro, no sé qué hago aquí, lo siento.

Mientras me levantaba Galep me miró, sus ojos eran más oscuros que nunca. Agarró mi mano y todo mi cuerpo perdió fuerza, caí sobre él y antes de que pudiera levantarme todo se apagó de golpe.

La habitación estaba totalmente a oscuras y en silencio cuando me desperté. El libro de las Drunas en la mesilla. Fui hasta el cuarto de baño y me metí en la ducha para poder despejarme. No sabía que había sucedido, pero si que no quería que volviera a pasar.

AdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora