Capítulo XXII

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Nota de autor: Siento el retraso en compensación está semana os subiré dos capítulos uno el viernes y un extra el domingo.

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Braien se fue de la habitación después de estar un rato charlando conmigo. Todos actuaban como si no hubiera pasado nada, pero en mi cabeza había demasiadas preguntas. Miles de preguntas, todas se apelotonaban en mi cabeza sin una clara respuesta.

Detrás de Braien llegó May, estaba cerca la hora del parto, pero aún así sacaba fuerzas para verme. Antonino junto a ella, charlaban con Galep y yo simplemente asentía. Una y otra vez asentía.  ¿Porque me desmayé? ¿Porque no fuimos capaces de parar? ¿Qué había pasado? ¿Como perdí el control de todo? ¿Iria estaba bien? ¿Porque no podía escucharla? Pero la que más me atormentaba era la idea de haber matado a Ryan.

Alain entro en la habitación, no me miró, eso hizo que me pusiera más en guardia. Galep estaba distante, Alain no me miraba, todos hablaban banalidades, nadie me decía nada. La rabia comenzó a fluir en mi interior, necesitaba respuestas.

”Controlate, podrías hacerle daño a May”

“¡Iria! Que alegría escucharte, ¿Donde estabas? Tenía miedo pensé que se nos fue de las manos, que habíamos perdido totalmente el control”

“ ¿Dónde más podría estar?, ¿Que podrías hacer tú sin mí? Si perdimos el control un poquito, tanto tiempo sin usarlo.”

“¿Matamos a Ryan?”

”No estoy segura”

“Necesito saberlo no me lo podré perdonar, no sé cómo afrontarlo, ¿Y si lo hicimos que pasará?”

Todos hablaban, sonreían, actuaban como si nada hubiera pasado. Todo daba vueltas, me empezó a costar respirar, nadie se daba cuenta, intenté gritar que se callarán, que se fueran, mi voz no salía. Todos se giraron a mirarme y perdí el control todo mi poder salió y arranco arder.

Un pitido entro en mi cabeza, gritos, y un susurro me llamó en la oscuridad.

”Ada, despierta, todo es un sueño. Ada abre los ojos ahora”

Sin saber porque obedecí esa voz.  Abrí lentamente los ojos, estaba rodeada de llamas y las llamas por una capa de hielo.  Fui a incorporarme asustada.

”Tranquila, respira, haz que las llamas retrocedan, tú puedes hacerlo”

Sin saber porque obedecí de nuevo a esa voz, era dulce,“Deja que todo tu poder se calme, respira, no ha pasado nada, todo está bien” suave, parecía la voz de Galep, pero sin imperativos.

“Deja que todo tu poder se calme, respira, no ha pasado nada, todo está bien”

Cerré los ojos, respire profundamente, una, dos, tres, diez veces, sentí como las llamas se habían retirado. Sentí que mi poder volvía a estar en calma y ordenado. Respire hondo, todo olía a tierra mojada, hierba recién cortada, tortitas y chocolate caliente.  Sonreí y abrí los ojos. Galep estaba a mi lado, y al fondo de la habitación los médicos.

— ¿Todo bien princesa?

Asentí con la cabeza

— ¿Donde están los demás? ¿May está bien? ¿No le he echo nada al bebe? ¿Donde están todos?

— Ada, solo estaba yo no había nadie, estabas teniendo una pesadilla — Se sentó junto a mí en la cama.

— No, no era una pesadilla, era real, ellos estaban aquí, todos me ignorabais, se que me culpáis por la muerte de Ryan, ¡No estoy loca!.

— Ada, Ryan no ha muerto, está cabreado porque los has dominado, pero no ha muerto. Y nadie a venido aún es tarde, están todos durmiendo, solo estoy yo.

— ¿No han pasado quince días desde la pelea?

— No, princesa ha sido esta mañana.

Una losa pesada se quitó de mi pecho paulatinamente.

— ¿No me mientes?

— Nunca con algo así.

Galep les hizo un gesto a los médicos y estos se retiraron. Estaba confusa. Había parecido tan real.

”¿Iria?”

— Deja descansar a tu Loba, habéis derrochado poder hoy a raudales tiene que estar agotada.

— Se me fue de las manos.

— Demasiado poder, para tan poco control, debes empezar a tomar clases.

— Se controlarlo.

— No, tienes mucho control para ocultarlo, pero poco para dejarlo fluir. Tienes que aprender a dejarlo fluir.

— ¿Tú como sabes eso?

Dana entró por la puerta con un ramo de girasoles y una amplia sonrisa.  Toda la estancia se iluminó.

— ¡Por fin estás despierta! Que alegría. Vaya pelea, que palizón le has dado a Ryan, aún está ahogando sus penas en hidromiel, le pinta por ser un bocazas.

Yo sonreí. Se sentía también saber que no lo había matado. La culpa me habría carcomido. Una Druna no mata si no es extrema necesidad y aún así puede hayar otra solución. Me incorpore en la cama con al ayuda de Dana, me costaba mucho hacer cualquier movimiento.

Dana hablaba sin parar de lo que se de Ia de mi por el pueblo. La misma gente que antes me odiaba ahora me alababa. Poco a poco con sus historias me fui quedando dormida.

Después de unos cuantos días en el hospital, me dejaron marchar. Estaba deseando salir de allí, todos me trataban en palmitas. Todos me habían venido a ver, todos menos Ryan. Me sentía bastante culpable por lo que había pensado, técnicamente yo había echo trampas y el técnicamente me había mentido al decir que era un uno contra uno y no ser así.

Me levanté de la cama, Galep ya no estaba en la suya. Baje las escaleras para ir a desayunar. Los escuché hablar a todos entre risas. Mi suerte de de encontrarme siempre en el lugar preciso, en el momento adecuado.

— Técnicamente ahora le debes obediencia y sin ser tú Luna.

— Joder, no dijisteis nada que tenía tanto poder.

— Tú que eres un bocazas.

— Yo le vi lanzar un rayo en las montañas para defendernos de dos vampiros, os lo conté, no me culpes a mí, tu propio ego no te dejo ver el cielo, tapado por el bosque.

— Técnicamente ahora serías mi Beta.

— Si no hubiera sacado su poder si.

— Tú también la engañaste.

Todos rieron, para ser justos, tendría que ser tablas la pelea. De una manera u otra los dos utilizamos algo que digamos que no haríamos.

“Escuchar detrás de las puertas es de mala educación, entra te están esperando”

“Iria, me alegra oírte, has estado muy callada”

“Desgastados mucho poder, necesitaba descansar, cuando encontremos nuestra pareja será más fácil. Ahora entra de una vez, tengo hambre”

”No creo que deba, esperaré a que todos se hayan ido”

“Ellos son tú familia, no te van a odiar por machar a un bravucón y además ya saben que estás aquí”

Entre en la cocina y todos me recibieron con una gran sonrisa. Me sentí aliviada. Respire, por inercia fui a sentarme junto a Galep pero está vez el sitio que yo solía ocupar, no estaba vacío.

AdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora