PRÓLOGO

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         A pesar del sol darme en la cara no quería levantarme , he dormido mal y para colmo tengo que ir al Instituto. Esta noche es la gran noche, “todos nos convertiremos”, todos estarán nerviosos y no me apetece aguantar tanta historia colectiva junta. Yo tengo otros planes, estoy deseando ver sus caras de estupefacción. Llevo años preparándome para este día con la abuela.

      Fui hacia la cocina, olía maravillosamente bien. Ayer Braien y yo salimos a correr para que hoy Iría lo tuviera más fácil. Resisitirse a una orden Alfa de cambio es duro, pero mi querida loba es fuerte.

          La abuela está haciendo tortitas, si, un chute extra de azúcar para iniciar el día. Después de correr y cansar a Iria necesito descansar bien, pero está noche mi santo subconsciente ha querido repetir un sueño que según mi abuela es una premonición pero solo veo a un hombre de unos veintitrés veinticuatro años, que no conozco, que no distingo bien sus raciones, diciéndome ” Hola querida Ada” y me despierto.  No consigo ver nada más que eso.

       Cuando voy a coger una tortita la abuela me da con la cuchara en la mano.

         — Desde cuándo te he enseñado yo a ser tan mal educada.

           — Buenos días a mí abuelita preferida — la cojo por los aires y le doy un beso.

          — Bájame loca, recuerda que no puedes tener tanta fuerza.

        Voy a hacer una mueca a sus espaldas, de burla, nunca me atrevería hacerlo a la cara directamente no quiero morir. Cuando ella me da con la cuchara en la coronilla.
        
           — No me hagas burla, que te quedas sin desayunar.

             Me siento sobre el taburete de la cocina para intentar engullir todo lo que podía, antes de que Sean me pasara a recoger.

          — ¿ Que pasa Ada?

         — Estoy cansada, no dormí bien.

           — ¿Otra pesadilla?

           — No, la misma de las últimas semanas.

          — ¿Que has visto está vez?

         — Lo de siempre, no consigo ni enfocar el lugar, ni nada, es frustrante. Y la voz también parece distorsionada, profunda, entre colerica y tranquilizadora

           — ¿Tienes miedo o sientes miedo cuando lo ves?

             — No, eso es lo que más me confunde, no siento estar en peligro, pero a la vez si quiero escapar.

          — Ser una Druna Onironauta, es complicado, pero también puede que no sea un sueño y seas una Druna vigía, pero lo que hay que perfeccionar es tu arte de la oclumancia querida, porque si resulta que no es nada de eso, estaríamos hablando de que un Legeremante está entrando en tú cabeza y no nos conviene.

           — ¿Y si sólo es una simple pesadilla? Y soy una Druna aburrida con un poder aburrido.

           — Si fuera eso cuando empezaron hace un mes las pesadillas, tu poder hubiera estado claro.

           Un coche pito en la puerta, ese sería Sean. Sean era mi mejor amigo antes de que mis padres murieran, ahora él es el hijo del nuevo Alfa y simplemente nos toleramos y su padre le obliga a venir a buscarme para llevarme al instituto.

            Un abrazo de la abuela es terapia. Hoy por fin quedará claro que poderes tengo como Druna haber cuanto tengo que esforzarme para ocultar todo.

            Sean parecía hoy más malhumorado que nunca volvió a pitar para que me diera prisa. Su carácter de mierda, cada vez iba a peor. Al principio entendía que se pusiera como un ogro, por la presión de ser el hijo del nuevo Alfa y esas cosas pero ahora simplemente me parece que intenta esa pose para parecer más aterrador solo consigue ser más egocéntrico.

           El se sentía presionado por ser el hijo de quién era, pero se queja de algo que él se jactaba que le enorgullecía, nació siendo el hijo del tercero al mando y acabará siendo Alfa. Ellos decían que por la gracia de la Diosa Luna, pero todos sabíamos que no era cierto, los que peor pensábamos, suponíamos, e incluso yo pondría la mano en el fuego, que Claiton, Alfa Claiton; había envenenamiento a su propio hermano para hacerse con el poder y usurpó el puesto matando a gente inocente que no estaban a favor de su decisión. Entre sus detractores estaban mis padres y al principio Sean y yo intentamos que no nos afectará en nuestra amistad lo que había pasado, pero con el paso del tiempo él parecía más cercano y de acuerdo con como funcionaba su padre y yo estaba cada vez más lejos de apoyar el asesinato y el ajusticiamiento por pensar diferente.
Al final la cuerda está en el punto más tenso y llegará el momento que se rompa.

         Llegamos al instituto, me fui a bajar del coche y él me detuvo.

           — Ada se que últimamente no estamos en nuestro mejor momento, mi padre está tenso y digo cosas que no siento.

           — Lo se Sean, no te preocupes — una mierda, pero prefiero salir del coche sin discutir.

           — Está noche pase lo que pase, si tengo clara una cosa. Espero que seas mi pareja destinada.

           — ¿Perdón? — Yo espero que no, gracias.

           — Al ser yo tú pareja destinada quizás podríamos romper la maldición que se le  impuso a tu madre de ser una Druna sin poderes, y tú y yo seríamos increíbles como Luna y Alfa. Te imaginas una Luna Druna.

            — Sean, es… es tan bonito lo que dices — tenía ganas de vomitar, en serio.

            — Cuando te transformes yo, rechazaré, si no eres tú, a mí pareja destinada por tí. Yo seré tú salvación.

            Lo mire con ganas de vomitar, parecía que era Claiton el que hablaba, Diosa, dame la fuerza necesaria para no cambiar ante el comando Alfa en esta luna. Si el me tomaba como esposa elegida yo perdería todo, no encontraría a mí pareja destinada, mis hijos nacerían sin poderes, serían repudiados y lo peor yo sería una esclava toda mí vida.

           La luz de la Luna iluminó el valle. Todos estábamos con las túnicas blancas de pie frente al Alfa. Era el momento.

          — Es ahora cuando en vuestra primera luna después de vuestro decimoctavo cumpleaños sois llamados a cambiar — Claiton pronunció con su más potente voz Alfa la orden de cambio.

           El sonido de miles de huesos rompiéndose a mí alrededor llenó el silencio del bosque. Iria y yo teníamos que aguantar, aguantar, Braien lo ponía más difícil cuando nos ordenaba el cambio. Todos se convirtieron, Sean me miró desconcertado, miró a su padre, su lobo y él tenían unas órdenes que no podían cumplir, aceptó a su pareja. La confusión llenó el valle.

           Cuando llegamos a casa ya eran las seis de la mañana. Habían pasado tantas cosas, tenía tanta irá contenida. La abuela y yo nos fuimos hasta el límite de territorio y cuando Braien nos avisó entramos en terreno neutral allí dejé fluir todo mi poder.

          Mire a la Abuela, las dos estábamos sorprendidas, no era lo normal; cuando Iria tomó el control todo se magnifico aún más.

           — No es lo normal, estás destinada a hacer grandes cosas — Dijo con voz solemne.

           — ¿Cómo?¿Cuando? — Pregunté exhausta.

           — Todo a su tiempo niña, por ahora solo debemos procurar que sigas oculta.

          — ¿Qué soy?

          — Eres y serás todo.




     

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Nota de autor

Siento en haber puesto el prólogo tan tarde pensé que se había publicado  con sipnosis y se había quedado descolgado.
Lo siento

AdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora