Capítulo 11

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Nathaniel había pasado una semana complicada. No solo por el desbordamiento de trabajo que tenía, sino porque su inspiración se había ido al igual que lo había hecho Aurora de su vida. Después de lo que ella había catalogado como una despedida, lo había ignorado, de hecho, ni siquiera le había mirado en la última reunión con el resto de arquitectos. Y eso le sacaba de quicio, poniendo en tela de juicio su profesionalidad.

Había intentado pillarla en su oficina en más de una ocasión, pero siempre estaba ocupada con alguien o simplemente no estaba, como aquella vez. Lo que le parecía raro, pues sabía que tenía una reunión con el Sr. García y el resto del equipo.

—¿Cuándo regresa?

—Oye, no lo sé. Debería llegar en menos de diez minutos y si no lo hace estaremos en problemas… —respondió su secretaria agobiada.

Quedaban diez minutos para las cinco, así que se apoyó en la pared más cercana y decidió esperar. La mujer continuó haciendo su trabajo con cierta angustia hasta que finalmente la vieron aparecer corriendo con una pequeña niña de su mano. Nathaniel se incorporó incrédulo ante una Aurora que estaba al borde del colapso.

—Sra. Molina, está al teléfono el Sr. Hernández. Quiere hablar con usted.

—Desvía la llamada a mi despacho —dijo ignorando la intensa mirada del Moore que empezaba a comprender todo — Cielo, ¿puedes esperarme aquí?

La niña asintió y entonces Aurora se armó de valor para pasar al lado del Moore e instantes después, encerrarse en el despacho. Nathaniel se fijó en la adulta que resoplaba y gesticulaba sobrepasada, mientras que la dulce niña se acomodaba en una silla de la sala. Silla que la dejaba los pies colgando mientras que los batía feliz. ¿Aurora era madre? ¿Por qué no se lo había dicho antes? Su subconsciente le llevó a aquella noche de hotel, planteándose que aquella preciosa niña era el verdadero motivo por el que Aurora le quería mantener lejos.

La pequeña, por su complexión y aspecto, calculaba que tendría menos de diez años, pero pensaba averiguarlo. Lentamente se aproximó y sin pensarlo, se arrodilló ante la pequeña que se quedó inhibida frente al desconocido.

—Hola pequeña, ¿cómo te llamas? — Nathaniel la vió mirar a su madre de reojo a través de la cristalera, por lo que ante su silencio, decidió lanzarse a la piscina —. ¿Tu madre te ha dicho que no hables con extraños? Porque si es así deberías saber que yo soy un amigo de tu mamá…

—No es verdad… —farfulló la niña convencida de ello.

—¿Ah no? ¿Y entonces cómo sé que tu madre adora las peonías?

La niña frunció el ceño a la vez que mordisqueaba su labio inferior, lo que le hizo sonreír, pues era clavada a su madre.

—¿Y tú cómo sabes eso?

—Ya te lo he dicho. Tu mamá y yo somos muy buenos amigos.

En ese momento, llegó el Sr. García y el resto de trabajadores que pasaron a una sala de reuniones contigua.

—¿Y qué más sabes de ella?

—Que le encanta el chocolate —murmuró en su oído como si fuera un secreto.

La niña rompió a reír ante el Moore que era incapaz de borrar su sonrisa.

—Mi mamá nunca me ha hablado de tí.

—¿No? ¿Estás segura? — Ella asintió — ¿Y cómo lo sabes si no te he dicho mi nombre? Soy Nathaniel Moore —dijo ofreciéndole la mano como si fuese un adulto — ¿Y tú eres?

—Me llamo Bianca. ¿Mamá no te ha hablado de mí?

—Por supuesto, Bianca… ¿Cómo se me ha podido olvidar? —bromeó mientras sacaba su tablet — Seguro que te gusta dibujar. ¿Verdad?

Nath - La Leyenda De Un Moore | Erótica + 18 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora