Capítulo 17

113 19 14
                                    

Nathaniel se estaba cepillando los dientes mientras observaba, desde el marco de la puerta, como Aurora escuchaba con atención un cariñoso audio que su hija le había enviado desde el móvil de Diego. Al parecer, era una pequeña costumbre que la niña seguía cuando estaba fuera de casa, cosa que evidentemente no veía mal.

—¿No piensas responder? —preguntó regresando al interior para enjuagarse la boca.

—Nunca lo hago…

Aquello llamó poderosamente su atención, por lo que se secó las manos e indagó:

—¿Nunca? — Aurora negó en silencio — ¿Por qué?

—Fácil. Ella me lo manda, pero no espera una respuesta y, aunque la situación con Diego es cordial, Bianca tampoco es tonta.

—¿Él tiene pareja?

—Intento no preguntar demasiado, pero según los comentarios de la niña, está cansada de conocer a una chica tras otra.

—¿Alguna vez le has presentado tú a alguien?

Aurora negó mientras se colocaba entre las piernas de Nathaniel que, se había sentado en la cama, acostándose en el cabecero. Él rápidamente la rodeó con sus brazos, abrazándola y sintiéndose, por primera vez en mucho tiempo, en calma…

—Bianca es una niña muy cariñosa. No quiero que si algo sale mal se decepcione, así que… vas a ser el primero, por eso necesito hacerlo bien.

Nathaniel comprendía a la mujer. Bianca no era un bebé, pero tampoco era lo suficientemente madura como para que, en caso de que algo saliera mal, lo supiera gestionar. De manera sutil, desplazó la melena de Aurora a un lado, lo que le permitió pegar la nariz y la boca en aquel reducido espacio que ansiaba perderse más a menudo, su cuello.

—Cariño, no puedo prometerte un para siempre, pues ni yo mismo sé lo que nos deparará el destino, pero si te puedo prometer que haré todo lo que esté en mi mano para que esto funcione. Tienes mi palabra.

Aurora lo miró de soslayo y entonces, él, con toda la tranquilidad del mundo, la agarró de la barbilla para fundirse en un apasionado beso que parecía eterno. Nathaniel entreabrió la boca para saborearla, hallando por primera vez el característico sabor del dentífrico…

—Prefiero el chocolate —ronroneó provocando una enorme sonrisa en la mujer.

—Tienes que dejar de hacer eso…

—¿El qué?

—Ofrecerme algo de chocolate a cada lugar que vamos…

Nathaniel alzó la ceja incrédulo. ¿Por qué iba a hacer eso sí disfrutaba instantes después el dulce sabor en la boca de Aurora?

—A tí te gusta, a mí también… ¿Dónde está el problema?

—El problema es que luego todo eso va a parar justo al lugar que estás tocando.

Él afianzó su agarré, acariciando el vientre femenino. Era un hecho que a Aurora le apasionaba el chocolate, pero tan solo la había visto comer alguna que otra onza, por lo que tampoco se le hacía un mal hábito, porque en definitiva, era mucho peor el suyo; fumar.

—¿Me estás hablando en serio? — Ella asintió e inmediatamente el hombre metió la mano bajo el camisón, tocándole la piel — ¿Cuándo vas a entender que me encantas?

—Eso ya lo veo…

—Déjame demostrártelo…

Aurora suspiró en cuanto la boca de Nathaniel volvió a apoderarse de ella. Él la amasó con ganas, con pleitesía, con adoración, porque lo que se había convertido en el revolcón de una única noche se había vuelto su más eterna ilusión. Enseguida logró recostarla sobre el colchón para seguir colmándola de besos y atención. Con lentitud, levantó el camisón y besó el vientre de la mujer, haciéndola jadear.

Nath - La Leyenda De Un Moore | Erótica + 18 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora