Capítulo 25

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Nathaniel observaba en silencio al Sr. García. Llevaba varios minutos contemplando cada uno de los bocetos que le había expuesto, pero se mantenía totalmente inexpresivo. Cosa que no le sorprendía pues aún recordaba la cena en que lo había pillado con Aurora.

Ella se mantenía a un lado, completamente callada y con los ojos puestos en el hombre mayor. En esta ocasión, lucía el pasador de madera con forma de peonía y, como cada vez que lo utilizaba, estaba preciosa. 

El Moore la miró, a punto de desesperarse y fue cuando pudo sentir la suave mano acariciándole la pierna bajo la mesa. Él no perdió la oportunidad de bajar la suya y darle un cariñoso apretón que la hizo sonreír…

—¿Y bien, Sr. García? ¿Qué opina?

—Que es un trabajo excelente —exclamó manteniendo la misma seriedad.

—Si hay algo que no le convence, yo…

—Nada. No puedo poner ni una sola pega a su trabajo, Sr. Moore. ¿Cuánto tiempo dice que lleva haciendo esto?

—Me gradué hace seis años, Sr. García.

—Tiene un gran talento…

Nathaniel sonrió. Aquella era la primera vez que alababan su trabajo de esa manera y, a pesar de que creía en lo que hacía, agradecía enormemente cada palabra.

—Le dije que el Sr. Moore era el indicado para llevar a cabo su proyecto. Para nosotros es un orgullo tenerlo en la compañía.

—Gracias —dijo ante la lluvia de cumplidos.

—¡Es excepcional! ¿Cuándo podríamos empezar a trabajar sobre los planos?

—Si lo desea en el plazo de dos meses podríamos comenzar con la construcción.

—Que sea cuanto antes Srta. Molina. Quiero ver este proyecto terminado antes de jubilarme.

Nathaniel no dijo nada, aunque sabía que un trabajo de aquellas características requería tiempo. El Sr. García se levantó satisfecho con el acuerdo que había cerrado y con una fascinante sonrisa extendió su mano frente al Moore que la estrechó de inmediato. 

Era increíble, pero en cuestión de meses su vida había dado un giro inesperado y eso incluía a la magnética mujer que se dirigía a él para abrazarlo con fuerza.

—Nos pondremos con ello cuanto antes —admitió Aurora mientras se dejaba embaucar por las fauces de Nathaniel.

—La solicitud de permisos es un proceso lento. Con suerte podremos iniciarlo después de Navidad.

—Dejalo en mi mano.

El Moore contempló la sala en la que estaban y, aunque estaban solos, las cortinas estaban abiertas, quedando frente a la vista de todos.

—Quiero besarte —masculló mirando la apetecible boca de la mujer.

—Aquí no, Nath.

—Dame un buen motivo…

¿Lo había? Realmente ya todos estaban al tanto de la relación que ambos mantenían, pero aún así, Aurora prefería mantener la compostura en su lugar de trabajo.

—No me hagas esto… Ya sabes lo que opino.

Sí, efectivamente, Nathaniel estaba al tanto de las preferencias de la mujer y él las había respetado todas, por lo que, con desgana se separó de ella.

—Hablando de Navidad…

—Quedan dos meses —murmuró Aurora manteniendo la unión con la mano del hombre.

Nath - La Leyenda De Un Moore | Erótica + 18 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora