Capítulo 18

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¡Era increíble! Aurora se había metido en el baño a media tarde con la excusa de darse una ducha, pero lo insólito y lo que le había dejado en ascuas era que la mujer había echado el pestillo por dentro, evitando así que de esa manera se colase dentro y lo sabía, porque evidentemente, en cuanto había escuchado el agua al otro lado, había tratado de entrar, dándose con un canto en los dientes.

El día estaba yendo sobre ruedas. Se habían levantado tarde, lo que les había dejado pocas opciones en el desayuno, habían salido a comprar a un supermercado cercano y durante la comida, se había deleitado de una agradable conversación entre carantoña y carantoña, para finalmente terminar recostados en el sofá dándose un poquito más de amor. Porque para qué negarlo, ambos adoraban darse muestras de cariño y como no, comerse a besos.

"¿Cómo van las cosas por NY?"

Taylor, su primo, llevaba bastante tiempo sin escribirle y aunque él no había tenido tiempo de pensar en ello, era raro e inusual, pues muy pocas eran las semanas que no cruzaban algún mensaje.

Mientras que esperaba contestación por su parte, pensó en llamar a su padre, Dorian. Nathaniel era un Moore y como cualquier Moore amaba estar en familia y sí, echaba en falta a sus progenitores. Melanie, su madre, lo escribía a diario, aún así, había días que lo daría todo por un abrazo de sus progenitores. Así que, sin más rodeos, lo llamó...

-¿Papá? -preguntó al oír un gran silencio al otro lado.

-¡Hijo! No sabes que alegría me da escucharte.

Nathaniel suspiró. La voz del patriarca era una de esas voces que podían llegar a calar profundo y aunque intimidaba a determinadas personas para Nathaniel no había nada mejor.

-Os echo de menos... -murmuró sin pensar en que su voz sonaba lo suficientemente apagada como para preocupar a Dorian.

-Nosotros también, hijo. ¿Estás bien? ¿Necesitas dinero? ¿Por qué no vienes a vernos?

-Estoy más que bien... No tienes de qué preocuparte.

Nathaniel se sentó al borde de la cama, mientras escuchaba a la mujer canturrear al otro lado de la puerta.

-Mamá me mantiene al tanto de todo. Dice que tienes un proyecto muy importante...

-Así es, papá. Cuando lo tenga terminado espero poder enseñártelo -dijo con orgullo.

-Supongo que eso te retendrá unos meses más en Madrid...

-Dile a mamá que estoy bien, de verdad... -masculló al saber que aquella preocupación venía de la mujer.

-Se lo diré, pero asegura que pasas mucho tiempo solo y...

-No estoy solo. Me estoy viendo con alguien.

El silencio se hizo en la línea. Dorian no era conocedor de la vida sentimental de su hijo, vida de la que había renegado en más de una ocasión, por lo que, saber aquel nuevo dato era cuanto menos esclarecedor, pues eso significaba una única cosa y era que Amelia había pasado a un último plano.

-¿Te hace feliz? -preguntó el patriarca, pues en realidad, era lo único que le importaba.

-Sí -admitió sin tapujos.

-No sabes cuánto me alegro.

En verdad, Nathaniel sí lo sabía, pues había vivido durante seis años bajo la presión de sus padres que intentaban, por todos los medios, solucionar el gran problema que arrastraban ambos hijos.

-¿Por qué no venís a NY de visita?

-Oye, papá, no es tan fácil... Necesitamos tiempo -murmuró sin aclararle que había una menor.

Nath - La Leyenda De Un Moore | Erótica + 18 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora