Capítulo 21

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Nathaniel tomó una gran bocanada de aire bajo el grifo de la ducha. Estaba molido. Sin duda ya no era un jodido crío de diez años, pero lo había disfrutado tanto que poco importaba. Se colocó bajo el agua y cerró los ojos, permitiendo que está resbalase por todo su cuerpo. Aurora lo esperaba fuera, en la cama, por lo que esperar que lo abordase en el plato de ducha era ridículo. Ella misma había sido la encargada de darle toallas limpias para después salir como alma que lleva el Diablo, pero no la culpaba, pues de ser por él, la hubiera metido bajo el grifo para que le hiciera un poquito de compañía.

Cuando terminó, se secó con celeridad y tras anudarse la toalla a la cadera salió pensando que no tenía ropa de recambio, pero eso poco importaba porque Aurora lo esperaba completamente desnuda, lo que casi le provocó un infarto. Inmediatamente la tienda de campaña se empezó a formar en su entrepierna, llamando la atención de la fémina que rompió a reír de inmediato.

—¿Qué es lo que tiene tanta gracia?

Nathaniel se aproximó a la cama. Ella tenía el pelo recogido en un ostentoso moño y su piel estaba levemente humedecida, lo que indicaba que se había dado una ducha en el baño de fuera.

—Eres muy básico, Nath.

¿Básico? A él, que la mujer que tanto le gustaba lo esperase sin ropa era motivo más que suficiente para tener una erección, incluso una jodida polución nocturna.

—Cariño, no me provoques. ¿De acuerdo?

Aurora intentó serenarse y dejar de reír, sin embargo, tras varios intentos fallidos el Moore se despojó de la toalla y se recostó sobre ella.

—No te has puesto el preservativo —murmuró ella mientras lo empujaba con las manos, sin éxito.

—Ya no te hace tanta gracia la situación, ¿verdad?

Nathaniel la besó en la nariz, haciéndola reír de nuevo.

—Póntelo —insistió a la vez que deslizaba las uñas por la espalda del hombre.

—Ya… ¿Prometes estar callada?

—Hazlo despacio, Nath. Vete avanzando lentamente.

El Moore lo vió prácticamente como un reto, por lo que se levantó, se enfundó el preservativo y regresó a la misma posición inicial que la hizo separar las piernas, invitándolo a entrar.

—Intenta no hacer ruido…

Seguidamente, el arquitecto la penetró con un solo movimiento que le permitió colarse entero, lanzando un débil gemido.

—Joder, cariño —ronroneó de placer al sentir la humedad en su pelvis.

A continuación, la besó e inició un delicioso vaivén que a ella la hizo clavar las uñas en su espalda. Aurora era fuego y él estaba dispuesto a arder en el infierno por el resto de su vida.

—Ten cuidado —pidió al sentir los fuertes arañazos que lo atravesaban.

—Despacio Nath, por favor…

Él juraba que no podía ir más lento, aunque no sabía que era peor, pues el encuentro a su manera de ver estaba resultando demencial. Aquel suave ritmo le permitía besar a conciencia a la mujer, acariciarla y meterse hasta el fondo, deseando más, mucho más…

—No te muevas…

Automáticamente se incorporó y tras sujetarla de la cadera comenzó a trazar pequeños círculos con su pelvis que la hicieron ahogar un pequeño grito. Él no desaprovechó su posición y con la ayuda del pulgar, frotó el clítoris con lentitud.

—Oh…

—Chiss, cariño. Te prometo que voy a ir despacio…

Nathaniel continuó penetrándola a la vez que la estimulaba manteniendo el ritmo deseado. Deseado para ella, porque para él estaba siendo un suplicio. Ansiaba embestirla con dureza, con fuerza para saciar su apetito, pero aquel leve contoneo solo lo excitaba más. Posteriormente se dejó caer de nuevo contra ella mientras amasaba uno de sus pechos y la besaba con lascivia, provocando que sus penetraciones fueran más seguidas.

Nath - La Leyenda De Un Moore | Erótica + 18 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora