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"LA TENTACIÓN DEL CLUB NOCTURNO"

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"LA TENTACIÓN DEL CLUB NOCTURNO"

Hyusang tenía la costumbre de pasar gran parte de su estadía en su oficina los primeros días de su regreso presencial a sus funciones como líder del club imperial de Gangnam-gu. Si bien disfrutaba de apreciar la función, en primer plano, en jornadas largas de viaje prefería apreciarlo mediante las cámaras de seguridad desde su oficina. Después de que obtuvo un trago para llevar en la barra de camino, dejó este en el escritorio de madera oscura para encender la computadora de mesa soltando un pesado suspiro. 

Mientras el ordenador se encendía, sus ojos recorrieron la sombría despacho donde la gama de colores neutras que daban protagonismo a la amplia colección de discos de vinilo de algunas bandas actuales, junto a ella se encontraban algunos méritos en nombre del negocio, también se topó con retratos de los inicios de este. Recuerdos que memoraban el arduo esfuerzo del difunto señor Lee y de su heredero. 

Se quitó los zapatos para llevarse la pierna izquierda al pecho, apoyó el talón en el borde del sillón y descansó su muñeca en esa rodilla mientras usaba la mano libre para digitar el código de seguridad. Una vez obtuvo el acceso, revisó los correos en su bandeja de entrada, respondió algunos antes de adentrarse en el programa de las cámaras. Veinte escenarios se distribuyeron por su pantalla donde tuvo distintos planos del club, por lo que se adentró a la toma del área preferencial en el momento en que las luces adquirieron un tono rojizo y azulado, anunciando pronto el inicio de la presentación esperada de la noche. 

Los ojos de Hyusang van por reflejo a la figura fornida que ha logrado capturar no solo la atención de sus clientes potenciales, sino también de grandes patrocinadores que invertían cantidades exuberantes de dinero por el simple hecho de que aquel hombre luciera su belleza en el escenario: Kim Jinwoo. 

Un hombre que, a pesar de haber cobijado apenas en sus veintidós años, pudo apreciar como aquel joven de enormes ojos, fue convirtiéndose en todo un hombre frente a los suyos: sus facciones se endurecieron de forma agraciada, manteniendo un aspecto juvenil y saludable. Como jefe estaba al tanto de algunas cosas sobre sus bailarines por sus datos en el sistema. En caso de Jinwoo, sabía que fue peleador clandestino por un año, que tenía deudas de por medio que lo motivaron a optar a usar este tipo de trabajos y que al escalar a la posición que tenía en Eros, no la dejó hasta involucrarse casi por completo a su labor como bailarín. Sus antecedes familiares eran un enigma, solo sabía que tenía una relación y se encontraba pagando al parecer su tratamiento médico. 

Más allá de eso. No sabía nada más de aquel hombre. 

Sus interacciones se limitaban a renovaciones de contratos, permisos especiales y adelantos monetarios, Hyusang casi podría jurar que las ocasiones que habían compartido una conversación casual con él podrían contarse con los dedos y hasta esa noche no entendía la razón. 

Nunca se detuvo a cuestionárselo hasta ese instante. 

En el momento en que decide hacer un acercamiento a la toma, puede apreciar cómo la mezcla de colores acariciaba sus facciones. El cabello negro cae en su frente, su cuerpo se mueve en sintonía a la canción que ambos estuvieron ensayando esa tarde: Streets por Doja Cat, pero en la versión Silhouette Remix. Las prendas fueron desapareciendo de sus cuerpos, donde la figura delgada de Sungmin contrastaba con la de Jinwoo, donde finalmente la función dio por terminada cuando quedaron con la ropa interior asignada a los bailarines, dejando inconformes a los nuevos visitantes que esperaban por más, a diferencia de los clientes habituales, quienes ya estaban acostumbrados a ello y asistían con el propósito de apreciar el arte escénico en vez de piel expuesta. 

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