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"COMPORTAMIENTOS INCONGRUENTES"

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"COMPORTAMIENTOS INCONGRUENTES"

Hyusang tuvo muchos pendientes durante esa semana; sin embargo, no pasó por alto las actitudes en cierta persona. Sus mensajes dejaron de ser respondidos desde el último encuentro. En sus turnos empezó a notar cosas... extrañas. La primera vez lo vio esquivarlo varias veces, devolviéndose por pasillos en los que se encontraban de frente, o solo se introducía en la primera puerta que encontraba; en ocasiones se apresuraba a tomar otro, sin dudar. Cuando se lo topaba en la barra, lo vio pelear con algunos meseros con la bandeja donde extrañamente se ofrecía a llevarlas personalmente a sus mesas, dejando a todos aturdidos.

Kim Jinwoo parecía querer cualquier cosa menos cruzar caminos. Quiso pasarlo por alto. La forma poco disimulada de casi ignorarlo cuando le hablaba directamente lo hizo sentirse molesto. Apenas juraría que sería capaz de lanzarse desde la zona VIP que quedaba en el segundo piso sin pensar si se lo topara de frente. Pero aun así, la sentía. Hyusang notaba que la mirada del menor clavaba en su nuca cada ocasión que compartían un mismo espacio, por lo que intentó seguirle la corriente e ignorarle hasta que el tatuado diera el primer paso.

Aquella noche no fue la excepción. Bajó a la barra por un nuevo trago donde encontró a los bailarines más antiguos hablando entre murmullos mientras miraban en dirección al salón principal.

—¿Qué ocurre? —Hyusang preguntó al llegar.

—No lo sé —Sunny dijo, apoyando los codos en la barra con una sonrisa burlona—. Pero es divertido.

Hyusang frunció el ceño.

—Es la cuarta vez que vemos a Jinwoo ocultarse bajo las mesas estas últimas dos semanas —Woojin relató entre risas—. Creo que la chica de hoy le pisó la mano con el tacón; ¡Oh mira, le acaba de regar sus bebidas cuando se golpeó la cabeza contra la mesa!

Todos rieron. Hyusang bufó tratando de calmar su enojo, más no dijo nada.

Pero su paciencia fue aminorándose con el pasar de las semanas y no hubo un cambio en ello. Para cuando cumplió un mes completo con el mismo comportamiento, casi quiso ahogarlo como Homero Simpson ahorcaba a Bart cada vez que perdía los nervios. 

Su mal humor se hizo notorio cuando Jinwoo nuevamente había causado caos al regar las bebidas, en el momento en que decidió esconderse esta vez al otro lado de la barra, cuando lo vio bajar por las escaleras. 

El rumor de que Hyusang lo había estado buscando lo motivó a simplemente saltar de cabeza al otro lado del sitio de trabajo de las bartenders, causando que las chicas soltaran maldiciones en su nombre.

Algo que culminó la paciencia del dueño del club.

—¡Hyaaa, Kim Jinwoo! —Su voz resonó con molestia por encima de la música, llamando la atención de todos. Los bailarines hicieron muecas al escucharlo incluso desde el segundo piso—. ¡Ven a mi oficina, ahora! ¡Es una maldita orden!

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