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"EXCITANTES REACCIONES"

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"EXCITANTES REACCIONES"

El saco se sacudió con cada ataque que Jinwoo le daba con sus puños enguantados, la concentración plasmada en sus facciones, su ceño fruncido y los labios apretados en cada golpe, mientras el sudor bajaba por sus sienes, pero sobre todo humedecía el imponente tatuaje en su espalda desnuda. 

Esa tarde, su entrenador le aconsejó llegar más temprano a lo usual para perfeccionar las técnicas que, según él, necesitaban mejorar, algo que el tatuado no discutió en lo absoluto, ya que sabía que su forma de luchar que había aprendido en el pasado en sus intentos ilícitos de conseguir dinero no sería aceptada si quería pelear en serio. 

Su atención se desvió al reconocer la cabellera rubia de su jefe al acercarse, por lo que detuvo los golpes. Hyusang era consciente de que se estaba preparando para la competencia, por lo que encontraba cada oportunidad para animarlo y eso, en cierta manera, le levantaba el ánimo y le aceleraba el pulso en cada ocasión que lo sorprendía visitándolo en el viejo gimnasio.

—¡Hola, hola, boxeador Kim! —Hyusang expresó de forma animada—. ¿Llevas mucho tiempo aquí?

—Hola, Hyung —este saludó en respuesta con una ligera venia—. Sí, llevo varias horas.

Lo observó dejar su bolso en una silla cercana antes de acercarse; en esa ocasión se veía más... ¿Resplandeciente? Pero no supo por qué, por lo que lo examinó con fijeza mientras este rebuscaba en una de las bolsas que había traído consigo. Solo entonces sus ojos se encontraron con los ajenos. Hyusang sonrió ante la mirada atenta del mismo. 

—¿Qué pasa? —interrogó el mismo al notar que Jinwoo no hablaba; solo estaba allí parado, observándolo sin siquiera pestañear. 

—¿Te hiciste algo especial? —Los ojos contrarios brillaron en respuesta; este se pasó la mano por aquella melena clara, soltando una risita. 

—Ah, eso. Sí, me retoqué el cabello, ¿qué tal quedó? —Jinwoo se quitó uno de los guantes y las vendas al mismo tiempo que se acercaba. 

Una vez frente a él, pasó sus largas falanges por aquellas hebras mientras lamía su labio inferior, examinando este. El olor a productos cosméticos aún seguía vigente en su melena, a diferencia del aroma usual que solía destilar, algo que motivó al pelinegro a fruncir la nariz y Hyusang rio por su reacción.

—Al parecer, no te gustó.

—No me gusta que tu aroma cambie —confesó sin dejar de toquetearle el pelo antes de empuñarlo en la parte trasera de su cabeza, forzando al rubio a levantar la vista, soltando un gemido ante la oscura mirada del menor—. Pero me gusta el color: el rubio resalta lo putamente guapo que eres cuando te hago sonrojar. 

—Jinwoo... —El contrario se estremeció ante sus palabras, la garganta del bailarín emitió un suave gruñido mientras clavaba la nariz en su cuello, inhalando aquel dulzor que caracterizaba a Lee Hyusang. 

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