CAPÍTULO TREINTA

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¿Porqué me fui?.

Tan rápido como pude compre un boleto a donde estaba ella.

Seguía atónito de lo que le sucedió, saber que en su momento se aterrorizo cuando supo que le había hecho Jonas, y ahora para vivirlo frente a las 3 chicas que la odiaban.

Era tanta mierda, pensaba en como ella seguía estando con vida, como no se a quitado la vida, era tan fuerte.

Una de las cosas que Milo admiraba de ella.

::

Tan rápido como llego fue hacia la casa de ella, tocando la puerta apresuradamente.

No paso ni 1 minuto para que Ryan abriera.

- ¡¿Donde está?!

- Wow, espera - dijo Ryan tomándolo de los hombros.

- ¿Qué?, Solo déjame ir con ella, necesito saber que le hizo ese... dios, solo que pasa

- Solo no la abrumes.

Milo lo miro a los ojos y suspiro, vio hacia las escaleras y fue hacia la habitación de Miler.

...

Me sentía tan Mal, débil

Como siempre tengo que estar en este tipo de situaciones, no me puedo defender.

Lo único que quisiera seria solo no depender de nadie por mi seguridad, me molesta ser un estorbo.

Estaba tan entrada en mis sentimientos hasta que escuche el sonido de la puerta abrirse, dejando ver a Milo, este rápido dejo caer un gemido de tristeza, a su paso cayendo una lagrima por su mejilla.

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Corrió hasta donde se encontraba ___, la abrazo derrumbándose en sus brazos, sintió tanta tristeza, en que, que hubiese pasado si Ryan no la encontrará en esa situación.

Se alejo un poco de ella dejando ver su rostro lleno de lágrimas y angustia.

- ¿Porqué te hacen esto? - pregunto Milo con un tono que ponía aún más triste y sensible a ___.

- Yo me hago la misma pregunta Milo, pero no sé- dijo riendo un poco pero con tanta tristeza, se sentía tan horrible.

...

Pasaron varios minutos y Miler seguía sin contarle lo que le había hecho aquella bestia, no se lo quería decir porque sabía que le haría algo, y para ser sincero, no quería más problemas.

::

Se que ella estaba pasando por un mal rato, pero había algo que estaba raro en el ambiente, incluso en ella, que sabía que algo no me estaba contando.

Tal vez solo no me lo quería decir, pero, como la podría ayudar si no me dice todo lo que sucedió.

Puede que suene mal de mi parte al saber que no quiere recordar eso, pero es necesario para ayudarla.

...

Se encontraba recostada en el regazo de Manheim, mientras el acariciaba suavemente de cabello, acomodando este a su vez, pensaba en lo que había sucedido, en como por fin ella podría descansar.

Ya lo hacia en su regazo, pero mentalmente estaba tan despierta y mal, con ganas de por fin descansar.

Ella dormía tranquilamente, sabiendo que la persona que la apoya y la amaba infinitamente estaba a su lado.

Amor de la nada (Milo Manheim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora