Sin quererlo se encontraba ahí una vez más. Había pasado alrededor de una semana desde la última vez que vió al dulce castaño y la verdad estaba muy curioso por saber más de él. Pero a pesar de que había ido todas las noches a ver si se encontraba ahí, el menor nunca aparecía.
Ni siquiera lo había visto en la tarde, siendo que Jisung visitaba mucho a ese misterioso niño. Quizás lo había asustado demasiado, quizás no debió acercarse tan bruscamente y pedirle que le cuente la razón por la que se había mantenido alejado de él.
La vida en la mansión era ridículamente aburrida, en su colegio no había nadie interesante, todos eran unos farsantes, alardeadores que llevaban por personalidad el signo del dólar. Eran tan simples, todos iguales, sin ninguna característica que pudiera diferenciarlos.
Podía observar que sus padres también eran así, su madre era una mujer hermosa, que jugaba el papel de delicada y obediente, y su único trabajo era estar al lado de su padre, el cual cumplia el rol de ser el hombre de la casa, el único que daba órdenes, al que nada se le recriminaba, el que jamás se equivocaba.
No estaba seguro de si eso era lo que quería para su vida. Su madre ya comenzaba a preguntarle si le gustaba alguna niña de su clase, pero realmente todas eran la misma persona en diferentes cuerpos, era insípido. Estaba harto de toda esa situación. Por eso prefería permanecer en su casa con sus gatos.
—Joven Lee ¿Gusta que organicemos su cuarto?— cuestionó la mujer, acercándose a él levemente inclinada hacia adelante en símbolo de respeto.
—Está bien señora Shin— respondió el menor— Puedo hacerlo yo.
Cuando comenzaba a alejarse de la alta reja que dividía los jardines, pudo escuchar el sonido de la puerta que dirigía a la planta interior abrirse. Se giró sobre sí mismo a una increíble velocidad y volvió a posicionarse lo más cerca que pudo del otro lado. Jisung lo observó sorprendido, como si no esperara verlo en ese lugar.
—¿Qué haces aquí?— cuestionó el castaño comenzando a acercarse.
—Te estaba esperando— respondió Minho con sinceridad.
Un pequeño y cómodo silencio se formó segundos después de las últimas palabras, había pasado bastante tiempo y Jisung se sentía un poco avergonzado por no haber vuelto más. Realmente planeaba no hacerlo, tenía la intención de no volver a conectar con Lee, no espero que aún fuera a ese lugar.
—Lamento no haber vuelto más… la última vez realmente me asusté— se disculpó el menor.
—Está bien, yo quiero pedirte disculpas por haberte forzado a contarme algo que no necesito saber— continuó el pelinegro.
Jisung sonrió, sintiéndose muy cómodo con la amabilidad del mayor. Aunque no podía dejar de sentirse culpable al estar pasando por alto la advertencia de Changbin y su cara lo demostraba perfectamente. Por lo que Minho tuvo una grandiosa idea para resolver el maldito problema.
—¿Qué te parece si nos vemos fuera de la mansión?— sugirió.
—¿Qué?
—Puede ser en algún parque, una plaza o el lugar que quieras, da igual— insistió Lee— Realmente me has caido muy bien y quiero conocerte mejor…
Jisung sintió sus mejillas colorearse suavemente, por lo que apartó un poco su mirada del mayor para evitar que este lo notara, a pesar de que con la oscuridad de la noche esa fuera una hazaña casi imposible.
—Me parece una gran idea— susurró finalmente.
Minho sonrió contento ante la afirmativa del castaño, se dedicaron a pautar día, hora y lugar para juntarse un día de esos. Ambos estaban sumamente emocionados de que llegara, aunque se esforzaban por ocultarlo del contrario.
Jisung se sentía mucho más tranquilo, ya que de esa manera Changbin no iba a correr peligro y podía hacer un nuevo amigo. De lo que no estaba muy seguro era de decirle quien era ese nuevo amigo, quizás él sí podía asustarse. Lo pensaría mejor más tarde.

Nuevamente en su casa Han se dedicó a organizar el desorden que habían dejado sus hermanos, ser el mayor no era un trabajo fácil, pero nunca se quejaba. Para su suerte sus padres no se encontraban en su hogar, normalmente eso no le agradaba, pero esa vez necesitaba estar un poco solo.
Sentía una intensa emoción en su pecho al pensar en que tan solo en unos días vería a Minho sin una enorme reja que los separe, que podrían pasear y divertirse tranquilos sin tenerle miedo a nada. Estaba muy entusiasmado porque ese día llegara.
Pero por otro lado no sabía qué hacer con Changbin, nunca había tenido que imaginarlo en una situación como esa, pero suponía que no iba a tomárselo mal. Después de todo, el verdadero problema de Changbin era que lo castigaran y si nadie sabía que él lo conocía, no debía haber problema alguno. Un día de esos hablaría con el pelinegro para aclarar todo.
Ese último año no había sido nada lindo para ninguno de los dos, el bullying en su escuela continuaba y cada vez se volvía un poco más grave. Las golpizas hacia Changbin eran masivas, a pesar de que ya no vestía tan mal como antes y podía notarse un poco mejor, pero todos continuaban tratándolo como si fuera mierda.
Lo que más le dolía es que cuando todos se iban, habiendo terminado su labor, él caía en un llanto desbordado y a pesar de que Changbin estuviera bañado en sangre, con grandes dificultades para moverse y al borde del desmayo, siempre se acercaba para consolarlo y decirle que todo estaba bien.
Ese estúpido pelinegro no sabía decirle cuanto lo querpia, pero se lo demostraba todos los días dejando atrás sus dolorosos golpes para envolverlo en un abrazo consolador. Él ya no podía seguir así, tenia que buscar una forma de ayudar a Changbin, una forma de salvarlo de esa tortura.
—¿En qué piensas tanto cariño?— cuestionó con dulzura su madre, llegando del trabajo.
—Oh en nada, ma— mintió el castaño— ¿Cómo te fue hoy? ¿Quieres que te ayude en algo?
—Fue un día bastante largo, pero nada fuera de lo común— respondió la mujer— ¿Ya ordenaste la sala? Hoy los niños estuvieron muy alborotados…
—Si, ya está perfectamente limpia— asintió el menor con una sonrisa.
Como era de esperarse su madre no tardó en comenzar a hacer la comida, en lo que su padre llegaba del trabajo. Sus hermanos menores se encontraban en una clase extracurricular, por lo que al estar tan tranquilo en su habitación decidió hacer la tarea que tenía para el día siguiente, mientras pensaba en que ponerse el día que se juntaría con Minho.
Realmente no podía entender porque se sentía tan emocionado, pero muy pronto iba a descubrirlo.
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Buenas mi gente bella!! acá vengo con un nuevo capítulo semanal, con nuestro minsung floreciendo lentamente.
Espero que les haya gustado tanto este cap como a mi escribirlo, no olviden dejar su bella estrellita si así fue. Lxs tkm💖💖🫶🏼
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𓏲ָ 𝔖𝔢𝔪𝔭𝔦𝔱𝔢𝔯𝔫𝔬🪷//ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍ
Romance🪷ᴘʀᴇᴄᴜᴇʟᴀ ᴅᴇ ᴛʀᴜᴇᴠᴇʟʟɪᴇ 𝔘𝔫 𝔞𝔪𝔬𝔯 𝔠𝔬𝔫 𝔟𝔞𝔯𝔯𝔢𝔯𝔞𝔰, 𝔡𝔦𝔣í𝔠𝔦𝔩 𝔡𝔢 𝔞𝔩𝔠𝔞𝔫𝔷𝔞𝔯, 𝔠𝔬𝔪𝔭𝔩𝔦𝔠𝔞𝔡𝔬 𝔡𝔢 𝔰𝔬𝔟𝔯𝔢𝔩𝔩𝔢𝔳𝔞𝔯, 𝔦𝔪𝔭𝔬𝔰𝔦𝔟𝔩𝔢 𝔡𝔢 𝔢𝔰𝔠𝔬𝔫𝔡𝔢𝔯. 𝔘𝔫 𝔞𝔪𝔬𝔯 𝔦𝔫𝔬𝔩𝔳𝔦𝔡𝔞𝔟𝔩𝔢, 𝔮𝔲𝔢 𝔫𝔬 𝔪𝔲𝔢...