La frescura de la mañana y ese terso rayo de sol pegaba suavemente con el bello rostro de Jisung, y la imagen era algo que Minho no podía dejar de mirar. La preocupación que habían tenido esos últimos días se veía levemente reflejada en las pequeñas ojeras que descansaban bajo los ojos de su novio, su básico japonés comenzaba a dificultar que encontraran algún trabajo, por lo que comenzaban a inquietarse.
A pesar de que Ryuji había hecho todo lo posible por enseñarles la mayor cantidad de japonés que había podido en el escaso tiempo que tenían entre los trabajos y el estudio. Pero al parecer no había sido suficiente, aún les era muy complicado comunicarse con los residentes.
Una gran impotencia se instalaba en el pecho de Minho al saber que toda la tortura aún no había terminado, pero la angustia aún los perseguía y continuaban sin llegar su estado máximo de bienestar. Continuaba sin poder otorgarle a Jisung la vida que se merecía.
—Buenos días honnie— susurró el peliazul, despertando finalmente. —Buenos días lindo— respondió el mayor, inclinándose para dejar un dulce beso en sus labios— ¿Pudiste dormir hoy?
—Desperté unas tres veces en la noche, pero aparte de eso muy bien— admitió— ¿Tú ya saliste?— cuestionó al ver a Lee muy bien vestido y con un rico olor a perfume.
—Fui a buscar trabajo, pero no tuve mucha suerte…
Jisung se mantuvo pensativo durante unos minutos, estaba seguro que debía existir alguna salida, de la que no se habían percatado con anterioridad. No debía ser tan difícil, no era justo que aún continuaran sufriendo y angustiados, después de todo lo que habían pasado por llegar a ese lugar.
—¡Tengo una idea!— exclamó el menor sentándose en la cama de un salto— Debe existir algún grupo u organización de Coreanos aquí, muchos vienen a vivir a Japón por trabajo.
La idea agradó mucho a Lee, por lo que inmediatamente salieron del apartamento en busca de un lugar en el que pudieran encontrar información. Pasaron por bibliotecas y centros de turismo, pero no pudieron encontrar nada. A pesar de eso Jisung se mantenía perseverante, decidido a encontrar algo, cosa que Minho no compartía, ya había perdido toda esperanza.
Las arduas horas de recorrido comenzaban a cansar a ambos, habían pasado toda la mañana y casi toda la tarde dando vueltas por la ciudad sin tener suerte. El mayor ya quería rendirse y volver a su hogar, sabía que ya no había nada que pudieran hacer y ya estaba cansado.
—Jisung, ya es tarde, debemos volver— sugirió Lee.
—Aún hay muchos lugares a los que podemos ir— insistió el menor.
—Sung, ya no hay nada que podamos hacer, recorrimos toda la ciudad y no encontramos nada— respondió.
—Pero aún hay muchos lugares por recorrer, no puedes darte vencido así, sin más.
—Los últimos siete lugares nos ofrecieron exactamente la misma información, no vamos a encontrar nada diferente.
—¡Pero hay que intentarlo Minho! — exclamó el menor exasperado— No puedes esperar que la oportunidad te caiga del cielo, debemos hacer hasta lo imposible.
Lee se mantuvo en silencio, sorprendido por la reacción de su pareja, pero analizando que realmente él tenía razón. Su último empleo lo había conseguido sin mucho esfuerzo gracias a su apellido, a pesar de que se había esforzado por mantenerlo y subir de rango, conseguirlo había sido sencillo. Pero Jisung se había esforzado por encontrarlo, había tardado varios meses en dar con la persona que realmente valoró sus aptitudes.
Sin duda se sentía muy mal al darse cuenta de que aún había cosas que no comprendía con toda claridad, aún no había comprendido lo que realmente era la vida adulta y Jisung tenía que lidiar con eso. No podía seguir de esa forma si quería otorgarle una mejor vida a su novio.
—Lo siento mucho sung…— se disculpó finalmente— Tienes razón, sigamos buscando.
Jisung sonrió y abrazó al pelinaranja, sabía que necesitaba un golpe de realidad. Continuaron con su búsqueda, yendo a dos lugares más, los cuales no fueron muy alentadores, hasta que finalmente dieron con una bibliotecaria que casualmente era Coreana.
Minho pudo ver como los ojos de Jisung se iluminaban tras escuchar a la mujer hablar en su idioma, uno que podía entender inmediatamente, uno que no le generaba ningún tipo de duda o miedo. Saltó de emoción al ver como la mujer comenzaba a relatarles de lugares que sin duda los aceptarían, además de darles el dato de una comunidad coreana.
Finalmente el menor tuvo razón todo el tiempo, a pesar de que no tuvieran muchas oportunidades, siempre existía algo de esperanza. Si no tuviera a Jisung nada de lo que tenía hasta ese momento sería posible, él era su esperanza.
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La rutina se volvió un poco más ajetreada, finalmente habían logrado conseguir trabajo, a pesar de que habían pasado algunas semanas dando vueltas. Minho trabajaba en la administración de una tienda de ropa mientras que Jisung se ocupaba de diseñar el interior de una peluquería.
Tenían una vida tranquila, la que siempre habían deseado, finalmente habían conseguido lo que tanto habían luchado. La llegada a su pequeño apartamento luego del trabajo era la mejor parte del día para ambos, pero no porque no les gustara trabajar, sino porque finalmente podían pasar todo el tiempo que quisieran juntos, acurrucados sobre el sofá que habían podido comprar.
No necesitaban nada más.
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Bienvenida mí gente linda a un nuevo cap!!
Espero q les haya gustado mucho, no olviden dejar su bella estrellita si así fue. Lxs Tkm❤️🩹