𝟸𝟽.•°~

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Finalmente había llegado el tan ansiado día, aquel que habían estado preparando con semanas de anticipación para tener todo a la perfección. Siete años era una cantidad de tiempo muy grande y, debido a todo lo que habían tenido que pasar para llegar hasta ahí, querían festejarlo como correspondía.

Para su suerte se trataba de un fin de semana, por lo que no habían tenido que aplazar la cita ni nada por el estilo, habían podido descansar hasta tarde, acurrucados en la cama bien pegados entre ellos, aferrándose el uno al otro como si se pudieran perder. Jisung dejaba pequeños besos en el cuello del mayor, mientras éste acariciaba suavemente su espalda desnuda, intentando prestar atención a la serie que estaban mirando.

—¿Quieres hacerlo de nuevo?— susurró Minho— No voy a cargarte todo el día y dudo que podamos entrar con silla de ruedas al laberinto del terror...

Han mordió fuertemente el lugar que antes había besado ante los comentarios de su novio. Habían tenido sexo casi toda la noche y volvieron a hacerlo ni bien despertaron, aún sentía algo de dolor y sus piernas se sentían bastante adormecidas, así que por muchas ganas que tuviera no podía seguir.

—El próximo aniversario prometo llevarte a un hotel extra lujoso en el país que quieras y tendremos sexo hasta que te olvides hasta de tu nombre...— susurró Lee en el oído del menor.

Jisung se alejó para luego estampar sus labios contra los de su amado, iniciando un beso voraz, necesitado, pidiendo por más. Pero ambos sabían que no podrían continuar, debían levantarse, bañarse, almorzar y partir hacía el dichoso laberinto.

Por supuesto que decidieron bañarse juntos, ese día les era aún más difícil de lo normal separarse, por lo que hacían todo lo que podían juntos. Jisung amaba bañarse junto a Minho, ya que este siempre lo aseaba con toda la delicadeza del mundo, tocaba su cuerpo como si sintiera que se fuera a romper.

Metidos en la bañera Lee tomó el shampoo y comenzó a colocarlo en el cabello azulado de su novio, comenzando a hacer masajes suaves y finos masajes, cuidando de no tirar de su cabello ni de ser muy brusco para que el menor no mueva demasiado su cabeza. Luego quitó el producto con agua caliente y aplicó el acondicionador de la misma manera.

—Deberíamos hacer esto todos los días— susurró Jisung, sintiéndose extremadamente relajado.

—Son más los días que te bañas conmigo que los días que lo haces solo— respondió— A veces me pregunto si sabes hacerlo.

—No arruines el momento Lee Minho.

El pelinaranja rió bajito, sabiendo que a veces ese tipo de bromas podían molestar levemente a su amado, aunque supiera que las hacía en broma. A veces su amado Jisung podía ser un poco susceptible y eso era una de las cosas que tanto le gustaba de él.

Salieron del baño dispuestos a almorzar, ya eran casi las dos de la tarde y debían ir al laberinto a las cuatro. Prepararon rápidamente un almuerzo y salieron corriendo hasta el próximo destino, el cual se encontraba bastante lejos, a decir verdad.

Al llegar los recibió una enorme figura de un payaso bastante tenebroso, el cual medía unos 2 metros fácilmente. Pero no lo vieron inmediatamente, llegó hasta ellos por detrás, muy silenciosamente, y tocó el hombro del peliazul, quien pegó un fuerte grito al verlo, sumamente asustado.

—Oficialmente acabas de perder— se burló Minho.

—Aún no entramos al laberinto, así que no cuenta.

Lee negó entre risas y fue el primero en entrar al dichoso laberinto, siendo seguido de inmediato por Jisung, quien se acercó para tomarlo de la mano. Era bastante irónico que decidieran ir a lugares como ese, sabiendo que ambos eran muy asustadizos y no les agradaba mucho el terror, por esa misma razón.

𓏲ָ 𝔖𝔢𝔪𝔭𝔦𝔱𝔢𝔯𝔫𝔬🪷//ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora