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𝟸𝟻.•°~

Tuvieron la charla que tanto habían anhelado por años, charlando durante horas y horas. Para Jisung fue bastante difícil admitir que al final se había enamorado perdidamente de Minho y que habían tenido que escapar de sus hogares para poder mantener la relación.

Para suerte del peliazul, Changbin le dijo que los sentimientos que ellos tenían eran fáciles de percibir. Seo había notado desde el primer momento la forma en la que Minho miraba a su amigo, le sorprendía un poco que hayan tardado tanto tiempo en estar juntos.

Dicho comentario por parte del mayor lo dejó perplejo, es que Changbin no solo se había dado cuenta de que eran amigos, sino que también había notado que existían otros sentimientos entre ellos. Aún no dejaba de sorprenderle como él podía leer tan fácilmente a las personas, era algo que siempre había poseído.

—¿Cómo es posible que te dieras cuenta de eso antes que nosotros?— cuestionó Han sin entender.

—Las personas son un libro abierto, solo hay que saber leerlas— respondió con una sonrisa— Minho te miraba como si fueras lo más hermoso que jamás había visto, tu mirabas la hora a cada rato para saber cuando era momento de subir a estar con él y ambos tenían una conección muy notoria.

Todas esas cualidades mencionadas por el pelinegro, hicieron que el corazón de Jisung se hinchara de amor, al recordar que jamás iba a ser capaz de ocultar el desbordante amor que sentía por Minho y saber que para él tampoco era posible le hacía sentir muy bien. Las cosas seguían tan intensas como la primera vez, las emociones, el amor, las ganas. Estaban perdidamente enamorados, sin ningún tipo de remedio.

—¿Cómo están las cosas con él ahora?— cuestionó Changbin.

—Estamos perfectamente bien, igual de enamorados que el primer día— respondió— Dentro de una semana cumpliremos siete años de noviazgo.

Changbin no se sorprendió para nada y lo felicitó por su larga y linda relación. Jisung aún no era capaz de asimilar que esa sonrisa que no había dejado de ver durante todas esas horas sea de su antiguo amigo, aquel que no conocía un día sin dolor.

—Ojalá tener una relación tan linda como la tuya algún día— comentó el pelinegro con un falso puchero.

—¿Estás soltero?— interrogó Jisung bastante sorprendido.

—Así es ¿Por qué? ¿Te sorprende?

—Claro que sí, es decir, mírate... Eres muy guapo, atractivo, tienes un buen cuerpo, eres amable, gracioso y multimillonario— enumeró Han— ¡¿Cómo es posible que estés solo?!

Changbin rió bastante luego de aquel comentario, sintiendose muy halagado y algo avergonzado. Él sabía muy bien todas las cualidades que poseía, las cuales no eran solo las que Jisung había mencionado, lo que ocurría es que estaba esperando a la persona perfecta para él.

—Estoy solo porque aún no ha llegado nadie que me robe el corazón...— admitió.

El peliazul asintió de inmediato, entendiendo perfectamente a lo que se refería. Jisung sintió que eso podía deberse a los traumas que conllevaba todo lo que había vivido, como esperaba a esa persona ideal, aquella que lo haga sentir seguro, alguien en que pueda confiar.

No olvidaron hablar del verdadero tema que había iniciado todo ese encuentro, lo cierto es que Changbin buscaba decorar un apartamento no muy grande, ya que estaba pasando por un momento de luto y su casa le recordaba a su padre, además tampoco necesitaba un lugar tan grande para él solo. Luego de esa charla intercambiaron números y se despidieron con un amoroso abrazo.

Un encuentro sumamente nostálgico y cargado de bellos sentimientos.