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Los años pasaron y con ellos los niños crecieron. Aún así, Han seguía siendo un gran amigo tanto de Minho como de Changbin, a pesar de que este último nunca se hubiera enterado de que Jisung tenía una relación tan íntima con el hijo de los Lee. O eso creían.

Seo lo sabía todo, él no era tonto, Jisung no era el mismo que una vez había conocido, pero era su único amigo y sabía que su amistad con Minho era la única cosa que le ocultaba, aunque no por eso dejaba de dolerle.

Los había escuchado reír como si fueran los mejores amigos, los había visto jugar como si se conocieran de toda la vida, había escuchado pequeñas conversaciones en las que ambos se abrían y dejaban ver pequeñas partes de sus vidas ante el otro. Pero sobre todo, había visto la enorme sonrisa que se formaba en los labios de Jisung y, a pesar de que le doliera, no fue capaz de quitarle eso a su amigo.

Durante sus cinco años de amistad, habían crecido juntos, creado un millón de recuerdos inolvidables y un sin fin de experiencias que no cambiaría por nada. Changbin nunca había confiado en las personas, hasta que conoció a Jisung, pero incluso ese pequeño rayito de luz fue capaz de engañarlo. Aún así él lo permitió, lo dejó pasar, por el simple hecho de que se trataba de su persona especial.

Aunque con el tiempo comenzó a notar que había una cercanía muy particular entre ellos, algo era diferente, en sus miradas se notaba otra cosa, no eran amigos. Pero nunca supo explicar exactamente qué era lo que veía en sus pupilas.

Jisung había llegado a la casa, pudo escuchar el taxi parando frente a la puerta principal, por lo que sabía que no iría a verlo a él. De todos modos ya había ido el día anterior, tenía que repartir sus tiempos.

Sentía una emoción energizante recorrerle todo el cuerpo, hacía varios días que no se veían y ya comenzaba a extrañar a Lee, se había vuelto casi una necesidad verlo

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Sentía una emoción energizante recorrerle todo el cuerpo, hacía varios días que no se veían y ya comenzaba a extrañar a Lee, se había vuelto casi una necesidad verlo. Habían pasado muchos años, un millón de cosas les habían ocurrido en ese transcurso, pero ninguna era la que realmente esperaban.

Aún no lograban conocer las razones por la que los padres de Minho eran como eran, hacía unos años habían logrado colarse en el escritorio del señor Lee, pero no habían encontrado nada realmente importante, por lo que no les quedó más opción que buscar respuestas en otra parte.

Aunque debía admitir que tenían el tema un poco olvidado, Jisung sentía que cuando estaban juntos el resto del mundo parecía desaparecer, todo lo olvidaban en tanto sus ojos se conectaban. Era algo tan fantástico.

—Buenos días lindo— saludó Lee desde la entrada.

—Hola honnie— respondió el menor.

Inmediatamente subieron a la habitación, la cual se había vuelto el refugio de ambos, nadie los molestaba cuando estaban ahí, nadie interfería en lo que sea que estuvieran haciendo. Eso les encantaba a ambos, ya que nadie era capaz de romper su burbuja.

𓏲ָ 𝔖𝔢𝔪𝔭𝔦𝔱𝔢𝔯𝔫𝔬🪷//ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora