19. Terror En Hilltop

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Hace rato sonó la alarma, los Salvadores están viniendo hacia acá. Nos estamos preparando para su llegada y para contraatacar.

Carl: Quiero ayudar —lo ayudo a llegar a la mansión.

Los llevamos a él y a Glenn a unas habitaciones más cómodas y seguras, los salvadores ni siquiera podrán llegar a

Kiraz: Prefiero que te quedes en una habitación, seguro y descansando —aclaro.

Carl: Kiraz, por favor —negué.

Kiraz: Sigues herido, Carl, no puedes pelear así —llegamos a la habitación —. Ya hiciste mucho por todos, mereces descansar.

Carl: Pero…

Kiraz: No, niño —lo ayudo a acostarse —. ¿Estas cómodo?

Carl: Siii… —beso su frente.

Salgo de la habitación y voy hacia abajo para poder salir y ayudar en lo que pueda.

Me acerco a la puerta.

Ahmed: Kiraz —volteo a verlo —. ¿Podemos hablar?

Kiraz: ¿Ahora? —veo que todos se mueven de un lado a otro —. Tenemos que alistarnos, ¿no puede ser en otro momento?

Vuelvo a darme la vuelta para salir.

Kardir: Kiraz, nosotros no estaremos para esa pelea —me detengo —. Y queremos que nos acompañes.

Kiraz: Bromean, ¿no? —volteo a verlos —. ¿Qué demonios les pasa? Huyen así no más, luego de todo lo que paso.

Erkin: Está no es nuestra pelea, tuya tampoco.

Kiraz: Oh claro que si es mi pelea —aclaro molesta.

Camino hacia otro lados y ellos me siguen para tener más privacidad, me detengo y me cruzó de brazos.

Kiraz: ¿Por qué? ¿Por qué ahora? —pregunto molesta.

Miran: Kiraz, solo mantente tranquila y escucha a tus hermanos.

Kiraz: Miran esto es tema familiar así que no te metas.

Erkin: Kiraz, no le hables así porque lo único que quieres es que estés bien —bufé —. Es mucho mejor hombre que ese Rick Grimes.

Kiraz: ¿Qué carajos me quieres decir con eso, eh? —digo molesta.

Ahmed: Oigan, tranquilicense —lo miro.

Kiraz: ¿Tú también te iras? —pregunto molesta.

Ahmed: No, ellos intentan convencerme pero estoy contigo.

Kardir: Por supuesto que estás con ella, porque eres un cobarde —me acerco a ellos.

Kiraz: Suficiente, ¿de acuerdo? Es suficiente.

Erkin: ¿Suficiente con qué, hermanita? —lo miro molesta.

Kiraz: Suficiente de querer controlar mi vida y la de Ahmed —lo encaro —. Si, fueron los consentidos de los abuelos, pero ellos no están aquí.

Erkin: Nunca nos habías insultado de este modo.

Kiraz: Es algo que debí de decirles hace mucho tiempo —aclaro molesta —. No me iré a ningún lado.

Miran: Kiraz —se acerca —. Con nosotros estarás mejor que aquí, por favor considera que… soy el hombre de tu vida.

Ahmed quiso acercarse a él, pero lo detengo.

Kidaz: ¿El hombre de mi vida? —digo incrédula —. ¿Es él bebe que llevo en mi vientre acaso tuyo? No, no lo es porque su padre es el hombre de mi vida y se llama Rick Grimes.

El amor en tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora