15. Llego el momento

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Rosita había regresado sola del Santuario, Sasha se dejó atrapar para que ella pudiera escapar. Dwight la encontró y ayudo a escapar así que él era la visita de ayer.

Dijo que quería ayudar, que quería muerto a Negan y nos dijo que Negan mañana llegaría con muchos Salvadores y tres camiones.

Kiraz: Así que mañana es el momento —hablo con Rick —. Todo acaba mañana.

Rick: Eso es lo que esperamos —se sienta a mi lado.

Nos encontramos en su habitación, Judith y Carl ya están completamente dormidos.

Kiraz: Hay algo que no me has dicho, ¿no?

Rick: Dwight sabe que estas aquí y cree que seria mejor que tu seas quien motive a los obreros a unirse a nosotros —baje la mirada —. No quiero obligarte a ir ni que tú te sientas obligada.

Kiraz: Deben de odiarme por haberme ido —suspiró —. Pero sé que podré convencerlos.

Rick: ¿Estas segura de querer ir? —asentí.

Kiraz: No será tan complicado como lo piensas —bostezo.

Rick: Debes estar cansada —se levanta —. No tengo nada que pueda quedarte así que puedes usar una de mis camisas. Si quieres o puedo pedirle a Michonne que pueda pasar a dejarte algo de ropa.

Me da tanta ternura verlo nervioso por no tener ropa cómoda que yo pueda usar, me levanto.

Kiraz: Rick —me acerco a él —, puedo usar una de tus camisas. No me molesta en absoluto.

Sonríe, se acerca más y me besa. Me sujeta con firmeza de la cintura y eleva un poco mi camisa. Mi piel se eriza por completo y me tenso cuando siento sus dedos acariciando directamente a mi piel.

Me separo un poco de él para recuperar el aliento, nos miramos a los ojos.

Cuando logro tomar el suficiente oxígeno ahora soy yo quien toma la iniciativa de volver a besarlo. Llevo mis manos a su nuca para entrelazar mis dedos con su cabello para acariciarlo.

Fuimos retrocediendo hasta que me senté y luego quedar acostada en la cama, a ese punto ya había subido más mi camisa hasta quedar casi todo mi abdomen en descubierto.

Nos volvemos a separar, mi respiración es acelerada y puedo escuchar las palpitaciones de mi corazón.

Rick: Te seré sincero, no quiero detenerme —susurra cerca de mis labios —. Pero lo haré si me lo pides.

Llevo mi mano izquierda a su rostro y con mi pulgar acarició sus labios, sonreí.

Me levanto un poco y veo una pequeña chispa de desilusión en sus ojos, pero era solo para poder quitarme la camiseta, me mira con asombro.

Kiraz: Yo tampoco quiero detenerme —sonríe, se acerca de nuevo y volvemos a besarnos con más intensidad.

Su lengua invade mi boca y es un poco más agresivo, abro botón por botón de su camisa hasta abrirla por completo y quitársela.

Llevo mis manos al cinturón y se lo quito y luego desabrocho su pantalón.

Él lleva sus manos a mi pantalón, nos fuimos quitando la ropa poco a poco hasta quedar completamente desnudos.

La cama quedó desordenada para que solo nos cubriera una sabana, sus manos recorren todo mi cuerpo y sus besos bajan a mi cuello.

Me toca en lugares que me hacen jadear y gemir, incluso lleve mis manos a su miembro para masajearlo.

Nos besamos y acariciamos.

Rick: Eres hermosa, Kiraz —susurra en mi oído —. Eres perfecta.

Kiraz: Sabes que no lo soy —murmuró intentando contener los gemidos.

El amor en tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora