Capítulo Veintiuno

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Chile empezó tomar camino a las cabañas, pensando en lo que había sucedido con Mexico, pensando en que le diría al respecto, aunque por suerte, ya tenía una idea en mente.
Esto gracias a un par de consejos que Argentina le había dado por chat.

╦ • Conversación en mi ig • ╦

Mientras tanto México se había apresurado llegar con Mapuche. Siempre le había dado buenos consejos amorosos, inclusive cuando se peleaba con Chile por algún corto lapso de tiempo.

-¡TÍA MAPU! -Entró gritando y abriendo la puerta de golpe, tal impresión provocó que la mayor quien estaba sentada en el sillón viendo su telenovela, gritara del susto tirando su taza de té en dirección a la puerta.
-¡Verga! -Murmuro esquivando por poco la taza de té que choco contra la pared a su lado.

-¡Cabro e mierda! ¿¡Como se te ocurre!?, ¡casi me matai de un infarto! -Reclamo Mapuche poniéndose una mano en el corazón respirando fuerte buscando calmarse un poco después de ese susto. -¿Qué te pasa que andai tan apurao como pa casi matarme?

-Tía... Necesito de su sabio concejo en relaciones amorosas... -Explico serio y algo avergonzado cerrando la puerta y yendo a la cocina por una escoba para limpiar la taza rota que yacía en el piso. Tendrían que reponerla más tarde...

-¿Y ahora cual ex te pidió volver? -Mapuchr suspiro, era obvio que más de una vez México había ido hacia ella por concejos. No lo culpaba, era demasiado buena dando esos concejos. No sabía porque Chile no lo hacía también.

-No, no. No es ninguno de mis exs... Es, bue, para que mentirle, es Chile... -El norteamericano bajo la cabeza avergonzado barriendo la taza rota hacia la pala de la basura.

-Uhh, ya écha pa fuera.

[...]

-Mierda, ¿qué se supone que le diga? Tipo; "ay, hola México ;), quiero que sepas que no estoy enojado pero me gustas pero ya no." Osea, no, ¡mierda! Otra vez se me trago, tralo, ¡TRABÓ! La lenjua. La lengua... Me voy a matar. -Alegaba Chile estresado a medida que 'practicaba' el discurso que le daría a México.
-¿Por qué Satán me puso en esta situación? No, recuerda que Satán no pone en situaciones, mis acciones son las que me guiaron a esto.... ¿¡Por qué nací tan bello!?

Los minutos fueron pasando, Chile se sentía nervioso por tener que volver a ver a México y México estaba contento con la respuesta de Mapuche, aunque algo nervioso también, parecía ser que el sentimiento era mutuo.

-¿Está segura de que el va a aceptar? -Pregunto México a medida que jugaba con sus dedos nervioso, tratando de hacerlos tronar, pero son funcionar ya que lo había hecho hace unos segundoa atrás.

-Si, obvio que si. Y si no, bueno, hay otros peces en el mar. Nunca tan bellos como mi cabro de mierda, pero hay otros que llegan un par de escalones por debajo. Lo importante es que ambos sean felices y estén cómodos. -Oh joder, Mapuche siempre era tan buena con las palabras...

México estuvo nervioso comentándole acerca de sus dudas a Mapuche, era raro hablarlo con la madre el chico que le gusta, pero no tenía más alternativa ella era quien mas lo conocía, pues lo vio cuando nació y todo.

Chile vio como México había dejado el caballo afuera. El no sabía en donde había que dejar los caballos, por lo que la mejor solución era simplemente pedirle que le llevará a dejar los caballos y durante ese instante podrían hablar en privado.

Una vez se bajó del caballo México de inmediato salió a abrirle, parecía nervioso, bueno, muy nervioso, una mezcla de nervios vergüenza y algo de arrepentimiento. No lo culpaba, probablemente se sentiría igual si hubiese hecho algo así.

『¡Es mi amigos no mames!』─【Mexile】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora