Capítulo 2.

257 11 1
                                    

Oigo los pasos de alguien acercarse y la puerta se abre, dejando ver al señor Miller con una sonrisa amplia en su rostro.

- Señor Miller. -Lo saludo, estirando mi brazo para darle un apretón de manos.

- Señorita Rivers. -Imita mi acción y zarandea mi mano suavemente.- Pase, la estaba esperando.

Lo seguí hasta su despacho, toda la estructura del granero era de madera de pino y estaba pintado de color rojo.

- Toma asiento. -Dice señalando una silla en frente de su mesa, también de madera con un cojín el cual era cómodo y blando.- Encantado de conocerte por fin en persona.

- Igualmente. -Digo dejando ver mi sonrisa.

- Te he preparado el horario de cada mes. -Arrastra una hoja de papel por la mesa.

- Oh, es genial. -La cojo y le echo un vistazo.- Es un buen horario. -Digo satisfecha al ver que tengo los fines de semana libres.

- Y aquí -Me pasa otra hoja de papel.- tienes la lista de todas las cosas que hay que hacer, desde dar de comer a los caballos hasta limpiar el gallinero.

- Me parece perfecto, bien organizado. -Asiento contenta.

- Por tu currículum sé que nunca has trabajado de esto pero te encantan los animales. -Dice y asiento con la cabeza para que continúe.- Aprende sin prisa, todo a su tiempo, no quiero que intentes hacerlo todo rápido. -Junta sus manos.- Quiero que lo hagas bien y para eso hay que tener paciencia. Mis animales son mi familia por eso quiero a alguien que sepa lo que eso significa. ¿Tú has tenido animales?

- Sí, de pequeña tuve un pastor alemán llamado Kiwi, era mi mejor amigo. -Digo sonriendo.- Y he aprobado la carrera de veterinaria, después del verano haré las prácticas.

- Genial. -Sonríe.- Me alegro de haberte llamado, firmemos el contrato.

Asiento cogiendo un bolígrafo y firmando donde él me indica.

- ¿Alguna pregunta? -Dice esperando mi respuesta.

- Sí. ¿Dónde dormiré?

- Sígueme.

Salimos de su despacho y del granero, caminamos por la hierba verde unos metros hasta llegar a una pequeña casita de madera, al abrirla observé que estaba muy bien amueblada con sofá, mesa de centro, chimenea, un baño con todo lo necesario y la habitación era grande al igual que la cama.

- Ésta será tu casa durante el verano. -Dice sonriendo.

- Es preciosa. -Digo asombrada.- No tiene cocina. -Miro alrededor.

- No, para desayunar, comer y cenar lo harás con nosotros en aquella casa de ahí, es la mía. -Señala en dirección contraria y pude ver otra casita de madera con un gran porche, ventanas blancas y un columpio colgado del techo.

- Sin problema. -Digo sonriendo de nuevo.

- Dejo que te instales, mañana a las siete de la mañana te espero en mi despacho para comenzar el trabajo. -Dice amable.

- Perfecto, muchísimas gracias. -No puedo dejar de sonreír, estoy muy contenta por esta oportunidad.

Él se marcha y yo cierro la puerta de la casita, coloco la ropa en el armario, también de madera, acabo exhausta por el viaje y me tumbo en la cómoda cama a descansar mientras intercambiaba mensajes con Cameron contándole todo.

'Estoy emocionada. Mañana es mi primer día, estoy deseando empezar a trabajar.'

Escribo con una sonrisa en mi rostro, sé que él no puede verme.

Amor de vaqueros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora