Capítulo 26.

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Han pasado dos semanas desde que volví a Nashville, todo está yendo bien. Jacob me ha conseguido trabajo con el veterinario del pueblo, estoy rodeada de animales todos los días y eso me llena el corazón. Con Sam todo está bien, poco a poco nos acercamos más, él me entiende y me da mi espacio para que me sienta cómoda a su lado y así es, gracias a él estoy superando todo esto. Las sesiones con el psicólogo también me están ayudando mucho, hago los deberes que me dice el doctor Palmer cada semana y gracias a él también he conseguido llevar mejor ésta situación. Salgo a correr todas las mañanas junto a Chloe, pasamos un agradable rato juntas charlando y riendo de todo en general, ella sigue con Ryan y todo les va de perlas, hace un mes que se fueron a vivir juntos en una casita que han construido en el recinto de la granja. Es idéntica a la de los Miller. Hoy tenemos comida familiar en el lago, iremos los seis; Margaret, Jacob, Chloe, Ryan, Sam y yo. Coloco los sándwiches en un tupper que mi suegra me dejó hace unos segundos, pongo la tapa y lo guardo en la mochila junto a la demás comida y bebida, teníamos todo listo para irnos al lago a comer. Chloe y Ryan cargaron el coche con todo lo necesario como sillas, mantel, una mesa plegable. Salgo de la casa para dejar en el maletero del coche la mochila con la comida, veo a Sam quien me dedica una sonrisa al verme.

- ¿Todo listo? -Pregunto acercándome a él.

- Todo listo. -Afirma y deja un suave beso en la comisura de mis labios. Sonrío tímidamente ante aquello y me estrecha entre sus brazos.- ¿Cómo te sientes hoy?

- Me siento bien, tranquila. Por primera vez en muchos días me siento en paz. -Confieso a mi novio quien me mira asombrado.

- Eso es genial, mi amor. -Me sujeta fuerte para comenzar a dar vueltas conmigo entre sus brazos con mi cuerpo pegado al suyo para no caerme.

- Para que me voy a marear. -Digo entre risas.

- Me encanta oírte reír. -Dice dejándome en el suelo de nuevo.

- A mí me encantas tú. -Sonrío y acerco mis labios a los suyos para dejar un tierno beso en ellos.

- Quiero más. -Dice en tono juguetón.

- No. -Río.- Por ahí viene tu padre con las cañas de pescar.

Coloca las cañas en el coche y todo lo necesario para aquella actividad, una vez todos estábamos listos montamos en el coche y marchamos hacia el lago. Al llegar, todo estaba precioso, en calma, el agua corría entre las rocas haciendo que los peces que había siguieran su rumbo. Bajamos todo del coche, colocamos cada cosa en su sitio para poder disfrutar de las preciosas vistas que la naturaleza nos regalaba. Me tumbé en el césped sintiendo la hierba verde y húmeda, siento como la brisa fresca de la mañana golpea mi rostro, se siente bien. El cielo azul claro, las preciosas nubes blancas que bailaban al son del poco viento que hacía, el sol cálido y brillante penetraba en mi piel a la vez que un suspiro de relajación salía por mi boca. Se respiraba tranquilidad y eso me encantaba.

- Hailey, ¿quieres comer o beber algo? -Pregunta Margaret mirándome.

- No, gracias. Ahora no tengo hambre. -Sonrío mirándola y vuelvo de nuevo mi vista al precioso cielo.

Noto que Chloe se tumba a mi lado, su risa la delata.

- ¿Esto es divertido? -Pregunta graciosa.

- ¿El qué? -Río ante su risa contagiosa.

- Mirar el cielo.

- Oh, sí, muy divertido. -Digo sarcástica haciendo énfasis en el "muy".- Es muy relajante, me da paz. -Digo sincera después de la broma.

- Pues te haré compañía un rato. -Dice agarrando mi mano para transmitirme más tranquilidad aún.

Estaba tan relajada que mis ojos se iban cerrando poco a poco. Al cabo de un rato abro de nuevo mis ojos, ya que, el ruido por los gritos de Ryan al pescar un pez retumban en mís oídos haciendo que me sobresalte y mire hacia todos lados rápidamente, buscando de donde venía el ruido.

- ¿Estás bien? -Sam se acerca rápidamente a mí, asiento con la cabeza.- ¿Ryan?

- Sí, no pasa nada. -Sonrío de lado.- Sólo me he asustado, eso es todo.

- Tranquila, estoy aquí. -Dice y besa mi frente.

- Lo sé. -Agarro su mano.

- Vamos a comer. -Dice tendiéndome su mano para que me levantase, Chloe ya estaba sentada en la mesa desde hacía rato.

Comemos con los sonidos de la naturaleza de fondo mientras conversábamos sobre el pez que había pescado Ryan, tenía una sonrisa de oreja a oreja, se le notaba realmente orgulloso de conseguir ese pez que pesaba quinientos gramos. Guardamos la comida sobrante al terminar de comer, recogimos la basura dejándola en una bolsa para después tirarla en casa y nos quedamos sentados en las sillas para descansar un poco. El cielo se tornaba oscuro con el paso de las horas hasta que decidimos irnos de vuelta a la granja. Colocamos todo en su sitio de nuevo, entro  la cocina para ordenar la comida sobrante en el frigorífico cuando noto unas manos en mi cadera que comenzaban a rodearme, sonrío al sentir el pecho de Sam apoyado en mi espalda. Suspiro, dejando salir la tensión de mi cuerpo, sus labios recorren mi cuello dejando besos suaves  a su paso.

- ¿Vamos a casa? -Pregunto acariciando sus brazos.

- Claro, vamos. -Besa mi cabeza para después agarrar mi mano.

Salimos de la casa de sus padres dándoles las buenas noches a todos, caminamos lentamente bajo el cielo oscuro, escuchando nada más que el ruido de nuestros zapatos chocando contra la tierra. Abro la puerta de la casita, Sam va directo al sofá como todas las noches, yo subo las escaleras para cambiarme de ropa y ponerme cómoda. Rebusco por el armario pero no encuentro nada que ponerme, me giro observando la cama en la cual está una de las camisetas de Sam que tanto me gustan para dormir. Me la pongo mirándome al espejo, agarro la parte del cuello de la camiseta llevando la tela gris a mi nariz, sintiendo como el aroma de su colonia invade mis fosas nasales, huele tan bien... Debería dejar que suba a dormir conmigo, ya ha pasado bastante tiempo y es mi novio, confío en él, le amo y ésto no es justo para él aunque lo acepta y respeta pero no es justo. Bajó las escaleras descalza, sintiendo la madera en la piel de mis pies, me acerco a Sam quien está tumbado en el sofá arropado con una manta.

- Amor.. -Digo en un susurro, él suelta un gruñido suave, ya que, se estaba quedando dormido.- Ven a dormir conmigo.

- ¿Quieres que duerma contigo? -Sus ojos se abrieron de par en par, despejando todo sueño y cansancio de su cuerpo. Asiento con la cabeza.- ¿Estás segura? Puedo dormir aquí.

- Tranquilo, ven. -Agarro su mano y lo guío escaleras arriba hacia mí habitación.

Nos tumbamos en la cama, noto como él intenta no tocarme con ninguna parte de su cuerpo quedándose al borde de la cama.

- Te vas a caer, pégate a mí. -Digo agarrando su brazo estirándolo hacia mí.

- Hailey, ¿de verdad estás segura?

- Sam, lo estoy, de verdad. No te preocupes, quiero hacer esto. Me siento bien con ello, sobretodo me siento bien contigo a mi lado.

- Me alegra escuchar eso. -Dice pegándose más a mí, prácticamente sin dejar que el aire pase entre nosotros.

Apago la luz y me coloco a su lado, apoyando mi cabeza en su hombro mientras lo rodeo con uno de mis brazos, el suyo pasa por mi espalda reposando la mano en mi cintura. Me recuerda cuánto me ama antes de quedarnos dormidos.

Amor de vaqueros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora